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JUAN JOSÉ TUÑÓN ESCALADA | Abad del santuario de Covadonga

"El Camino de Santiago tiene el reto de no perder espiritualidad y quedarse vacío"

"Covadonga ya tenía en el siglo XVI un altar dedicado a Santiago, huella de la presencia jacobea en el santuario"

Juan José Tuñón, abad de Covadonga. MIKI LÓPEZ

Juan José Tuñón Escalada, abad del santuario de Covadonga, abrió ayer en el Aula Magna de la Universidad de Oviedo la quinta edición de los ciclos de conferencias sobre el Camino de Santiago. Están centradas en la hospitalidad jacobea.

-¿Qué ha significado la hospitalidad para el desarrollo del Camino de Santiago?

-Ha sido un aspecto muy importante para el peregrino. Para quien viaja siempre es muy importante el alojamiento para poder llegar a destino. Así, en torno a la ruta se fue desarrollando muy pronto, y de forma progresiva, una amplia red de centros de acogida. Son los hospitales, que no tenían nada que ver con el concepto de centro de salud de la actualidad, sino que eran espacios para la atención del peregrino. La hospitalidad surge a partir de una larga tradición occidental que se incrementa con el cristianismo. La Iglesia ha sido promotora de los hospitales a través de las órdenes monásticas, que asignaban un lugar para acoger al huésped y contaban hasta con un protocolo para atenderlo bien. Es el fundamento evangélico de la acogida. Recibir al forastero es como acoger al mismo Cristo para estas órdenes religiosas.

-¿Contó Asturias con una extensa red de hospitales?

-Sí. Hay que tener en cuenta que todo monasterio tenía el deber moral de acoger al peregrino que va de camino hacia Santiago de Compostela. En torno a la ruta jacobea también se desarrollan lugares como las colegiatas, donde se fundan hospitales. Se institucionaliza la acogida y también se programa.

-¿En qué situación están los albergues actuales, herederos de aquellos antiguos hospitales de los que habla?

-Hoy hay una enorme sensibilidad hacia todo lo que tiene relación con el Camino, tanto en señalización como en adecuación de los trazados. También se ha desarrollado una importante red de albergues, aunque hay lugares, como la comarca oriental del Principado, donde se han detectado carencias y en los que hay que mejorar. Por tanto, yo diría se ha avanzado, pero que aún queda. La Iglesia ha estado presente para facilitar que haya albergues, siguiendo una tradición secular. Creo que el reconocimiento del Camino del Norte por parte de la Unesco va a potenciar aun más la relevancia de esa cogida.

-¿Corre riesgo de perder su germen histórico de espiritualidad cristiana un Camino masificado y con multitud de actividades de todo tipo?

-Es un reto muy importante para un ruta que nació como una búsqueda, como un itinerario espiritual. Si falta esa espiritualidad, nos quedaríamos con un recorrido que merece un esfuerzo pero que estará vacío. Yo voy al sustento en el que se apoya la hospitalidad, que no es cubrir una necesidad inmediata. Es recibir al peregrino con una dignidad y una dimensión que están sustentadas sobre una concepción religiosa y espiritual.

-¿Qué aporta a la persona la ruta jacobea?

-Una peregrinación así nos sitúa en un proceso que es mucho más que un recorrido físico. Permite una interiorización muy rica. Además, también ofrece un arte y una iconografía religiosas que suponen auténticas lecciones para la vida. Ahí está el caso de San Martín rompiendo su capa para compartirla con el peregrino.

-¿Qué papel ha desempeñado Covadonga en el Camino de Santiago?

-Los santuarios situados en la ruta jacobea o en su entorno son muy importantes. A veces nos olvidamos de que la primera motivación del peregrino fue religiosa y de que iba sensibilizado espiritualmente. Por tanto, estos lugares eran de su interés y Covadonga no fue una excepción. Hemos podido comprobar, a través de la documentación, que en el santuario ya había en los siglos XVI y XVII un altar dedicado a Santiago, huella de la presencia jacobea en Covadonga.

-¿Siguen recibiendo hoy a muchos peregrinos?

-Mucha gente que va a Santiago desea pasar antes por Covadonga. El santuario es un referente para los asturianos, pero traspasa nuestras montañas y también lo es para el resto de España. Estamos trabajando con doce concejos para recuperar la ruta interior de Oviedo a Covadonga, pero mirando, además, hacia el camino que nos conecta con Liébana, relacionado con los de Cantabria y Burgos.

-¿Está suficientemente valorada y bien tratada la Cámara Santa?

-Es un lugar muy importante para los asturianos, que siempre se ha mimado y valorado adecuadamente. Las recientes intervenciones se orientaron a poner de relieve lo que allí se conserva y suponen un esfuerzo importante.

-¿Cómo valora el estado general del Camino de Santiago en Asturias?

-Se ha avanzado mucho y, además, estamos en un buen momento gracias al reconocimiento del Camino del Norte, algo que debe ser fundamental para que todos colaboremos en potenciarlo. La Iglesia, su espiritualidad. Las administraciones y asociaciones, todo lo que atañe al peregrino y al recorrido.

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