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El mayor escándalo de corrupción en Asturias

Visto, no visto y "encalomado"

Gracias al "caso Marea" llegó a la Audiencia Provincial el conocimiento de que algunas dotaciones de los centros de enseñanza de la región son de Juzgado de guardia

La funcionaria Marta Renedo, a su llegada ayer a la Audiencia Provincial. LUISMA MURIAS

La vista oral de la mañana ayer fue ciega porque declaraban policías, por videoconferencia o presentes. Para proteger su identidad son nombrados por su número de funcionario -en puridad son numerados- y no se les graba ni emite, de tal manera que sólo se les puede ver en la vista pública dentro de la sala. La vista oral es más oral que vista y a los números hay que verlos como si no se les viera.

Antes de esa visión restringida, hubo una visión inédita, la de José Luis Iglesias Riopedre, que fue consejero de Educación, hablando con María Jesús Otero, que fue su directora de Planificación y Centros. Estaban sentados uno al lado del otro, animados, correctos, pese a lo que se dijeron en sesiones anteriores, mayormente a través de sus abogados. Otero fue la mano derecha de Riopedre, pero el juego de manos entre los dos es que, como en la caridad -pero sin ella-, la diestra no sabía lo que hacía la siniestra, y viceversa. Entre tanto, la funcionaria y emprendedora Marta Renedo hablaba a dos manos, con los pulgares apelando directamente a la inteligencia de su teléfono.

También Víctor Manuel Muñiz (Igrafo) y Alfonso Carlos Sánchez (Almacenes Pumarín) hicieron una cumbre informal papelera retrospectiva a la puerta de la sala. Durante el juicio se supieron cosas de ambos que puede servir de modelo para estos tiempos de austeridad. Sánchez encabezaba una docena de empresas en Asturias y en España, dedicadas a la dotación de oficinas, pero en su central de Almacenes Pumarín no tenía despacho y la que fue identificada como su mesa, carecía de ordenador. A su vez, Muñiz tenía ocho empresas con domicilio y sin empleados y aunque llevaba la modernidad a las oficinas y espacios administrativos, él escribía a mano o con máquina de escribir notas en las que daba a entender pagos, según el inspector. En casa de los herreros, cuchillos de palo. Las estrellas Michelin, cuando llegan a casa, se fríen un huevo para cenar.

En la sesión de ayer y gracias al "caso Marea", llegó a la Sección Tercera de la Audiencia Provincial una de esas cosas que son de Juzgado de guardia. Los centros docentes públicos tienen que esperar un horror a que les lleguen los materiales y dotaciones que piden a la Consejería, a veces sus peticiones no son atendidas y en otras ocasiones reciben materiales que no solicitaron, pero se los quedan porque hay necesidad de todo. Esto lo declaró ayer una policía nacional con voz firme y a pie firme, repitiendo lo que le habían dicho en los colegios e institutos los directores, jefes de estudios y profesores de Tecnología. Ni los abogados defensores de los acusados ni la fiscal, que representa el interés público, intentaron recusar esas palabras.

Este asunto de interés general, que queda a juicio del lector, a la Audiencia le empezó a importar a partir del momento en que se declaró que esos materiales "siempre bienvenidos, recibidos por petición o motu proprio de la Consejería" se entregaban a gran velocidad y sin albarán. Los directivos de los centros tenían que hacer el inventario después de que la furgoneta ya se había ido y darles utilidad, la que fuera, salvo unas taquillas que no hubo manera de poner en servicio ni de cambiar. En ese procedimiento cabía que no cuadraran las entregas con los pedidos, ni las facturas con los precios, que es de lo que trata, en su mayoría, este "caso Marea" en lo que atañe a las empresas proveedoras de material escolar a la Administración asturiana.

Pero el interés público vuelve siempre cuando se oye al interés comercial en su jerga. En un informe de alguna de las empresas de Sánchez se dice de unas mesas rechazadas o sobrantes que se pueden "encalomar en cualquier centro de salud". No es "encalomar" un verbo que recoja el diccionario de la Real Academia Española, pero esa carencia la suplen ahora en internet diccionarios periodísticos o locales y foros donde la gente escribe para entenderse entre comunidades, países o clases sociales. "Encalomar" encuentra significado y sinónimo en "endosar", endilgar", "encasquetar". Como supuesto andalucismo adquiere el significado, algo ambiguo, de "subirse encima de algo o alguien". En el diccionario abierto de Lengua Española, donde los usuarios registran palabras nuevas y amplían conocimientos sobre los diferentes significados que pueda adoptar cada una de las palabras y expresiones, se explica "encalomar" como "encargar en contra de su voluntad. Echar al lomo del contrario algo que no desea". Son muy expresivos sus sinónimos endiñar, encajar, largar, enjaretar, despachar, quitarse de encima. Y esto es lo que remite a que, antes que de la Audiencia Provincial, algunas formas de dotar o no dotar de la Administración pública sean de Juzgado de guardia.

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