La noche del 7 de noviembre de 2007 el culé José Luis Iglesias Riopedre pudo recibir la victoria del Barça ante el Glasgow Rangers como un regalo por su 70 cumpleaños. Pero los dos goles del Barça ante los escoceses en un partido de la UEFA fueron un detalle frente al regalazo que le esperaba al consejero de Educación por parte de los seis amigos a los que invitó a cenar a casa por su cumpleaños: un viaje a Tenerife para el puente de la Constitución.
El pago de ese viaje está dentro del "Caso Marea" y parte de los amigos de esa cena declararon ayer como testigos en la Audiencia.
Por lo que se dijo en la sala, la ocasión era excepcional para los invitados de Riopedre. La fecha era redonda, los años de vida y militancia, superar una operación cardiaca? Pensaron en pagarle un viaje a Barcelona y una entrada para ver al Barça pero se decidieron por un plan más relajante y así salió el viaje a Canarias.
La pandilla de la cena eran un par de matrimonios y dos amigas: María Jesús Otero, directora del servicio de Planificación, Centros e Infraestructuras de la consejería de Cultura, y Pilar García, a quien ésta también alquilaba unos apartamentos en Poo de Llanes.
En los grupos siempre hay alguien más dispuesto, despachado y organizador. En este, esa persona fue María Jesús Otero, quien preparó cinco días para dos personas en Tenerife, pagados los vuelos y la estancia en el Gran Hotel Bahía del Duque Resort, un cinco estrellas a 15 minutos del aeropuerto con 6.000 metros cuadrados de exuberantes jardines subtropicales, estilo canario y arquitectura colonial, instalaciones deportivas, nueve restaurantes, varios bares y un spa.
En las pandillas ni todos son tan detallistas ni están en el negocio turístico. Algunos dijeron no tener idea de lo que cuesta eso pero todos cumplieron pagándole a Otero, en mano, un tiempo después. ¿Cuánto?
-Qué sé yo, ciento y pico euros por cabeza.
-Ciento cincuenta euros, por ahí.
La fiscal dejó claro que para cubrir el coste total del regalo tendrían que haber escotado 600 euros por persona. Negaron rotundamente haber pagado tal suma. Si otras personas pusieron dinero no lo sabían.
Lo amigos celebran, viajan y regalan. Por la jubilación de una, le cayó una cámara de fotos; otros, pasaron unos días en La Rioja hace años? Cuando hay un amigo emprendedor como Otero a veces le compras un Audi a buen precio. Cuando los amigos se enteran por ahí de que ese coche lo pagó Otero con un cheque endosado de Almacenes Pumarín o que no cuadran las cuentas del viaje de regalo, unos quedan pasmados, otros se sienten engañados y las relaciones se enfrían. Pilar García hace tres años que no tiene relación con María Jesús Otero.
-¿Hay que decir por qué?, preguntó.
El presidente del tribunal, Javier Domínguez Begega, le ofreció que fuera por el caso Marea y ella convino. Ramón Laurín y su mujer también se distanciaron. A José Germán Costales no le preguntaron al respecto.
En la sala nadie quería seguir siendo amigo de los acusados. Fuera, tampoco. Francisco González, Quico, exalcalde de Cudillero, exdiputado regional socialista, frecuentador de los juzgados desde hace años, fue lo primero que aclaró a los fotógrafos: "No tengo nada que ver con estos de Marea".
Quico iba por el contrato de Juan Luis Alvarez Busto, asunto del que fue absuelto hace tres meses en Avilés pero el fiscal apeló. Hacía tiempo que no veía a Riopedre. En la espera ante las salas, encontró a Alfonso Carlos Sánchez, exgerente de Almacenes Pumarín, conocido de la variedad "no sé de qué". "Soy Quico, que fui alcalde de Cudillero". "Yo no vendía en Cudillero pero ya caigo".
Quedaron pegando la hebra.
