Las tarjetas regalo de El Corte Inglés centraron la undécima jornada del juicio del caso Marea. La defensa de dos de los acusados, María Paz Pendás e Isaac Ovies, ambos funcionarios del servicio de deportes del Ayuntameinto de Oviedo, llamó a declarar a ocho testigos, empleados municipales y de la Universidad.

Pendás y Ovies, así como su compañero José Ramón Villa, están acusados de recibir esas tarjetas como pago por sus favores a las empresas implicadas en la trama.

Todos los testigos apuntaron a Miguel Cuesta, comercial de Almacenes Pumarín ya fallecido, como el hombre que regalaba y vendía esas tarjetas y todos exculparon a Pendás y Ovies argumentando que las tarjetas las pagaban. Tan sólo dos funcionarios de la Universidad reconocieron que Cuesta les había regalado tarjetas del Corte Inglés "pero por amistad no como relaciones laborales". Ninguno de esos funcionarios tenía capacidad alguna para contratar con Almacenes Pumarín.

Los testigos narraron la vida de copas y noches de juerga de Miguel Cuesta y contaron como cuando se le acababa el dinero sacaba las tarjetas del Corte Inglés, con las que su empresa le pagaba parte de la nómina, para venderlas por menos de lo que costaban y así poder alargar la noche.