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La resolución fantasma

Una comunicación que amenazaba con no ir en las listas con Podemos circuló en IU Asturias pero no llegó a votarse

La resolución fantasma

Izquierda Unida de Asturias vivió su particular 10-M a ritmo de vértigo. Era la primera jornada de la consulta interna para decidir si, finalmente, los militantes y simpatizantes de la coalición daban el visto bueno a la candidatura de confluencia con Podemos . El coordinador general de Asturias, Manuel González Orviz, anunciaba, pasada la una de la tarde, que había votado a favor de una lista de unidad, convencido de la bondad de la alianza de la izquierda alternativa para desalojar al PP.

Poco después trascendía que la lista negociada por las direcciones estatales de Podemos e IU relegaba al candidato de la coalición al puesto tres por Asturias o, como mal menor, a un puesto en el Senado que tampoco estaba garantizado. Toque de arrebato y convocatoria de la Presidencia por parte de Manuel González Orviz ante la insatisfacción por las consecuencias que el pacto acarreaba para la organización asturiana. Desde la dirección regional de IU se trasladó a Madrid un texto para que en el ámbito federal tuvieran constancia de cómo había sentado en Asturias el acuerdo de Alberto Garzón y Pablo Iglesias. Y en esa "propuesta de resolución" se llegaba a plantear la posibilidad de no ir en las listas electorales del 26-J si no se modificaba el reparto (ver gráfico superior, que reproduce parte de la comunicación). "No hubo ninguna resolución", afirmó a este periódico Benigno González, uno de los dirigentes que más apostó en la Presidencia del pasado miércoles por agotar todas las vías de negociación y no enviar un mensaje de ruptura, En la Presidencia hubo bastantes voces que consideraron "desmedida" la iniciativa de que IU no participara en una candidatura calificada de trascendental e ilusionante horas antes por el coordinador general y que también alertaron del daño potencial para la organización de dar la impresión de estar dispuestos a romper la tan llevada y traída confluencia por una pelea de puestos, con Orviz, candidato que IU eligió en primarias, de por medio.

Al final la propuesta, que ni siquiera llegó a votarse, quedó en una mera declaración de intenciones (¿o farol?), y el malestar de Asturias se ventilará en Madrid ante la dirección federal, que tuvo que hacer equilibrios y encaje de bolillos para un acuerdo definitivo con Podemos, que en estos momentos parece muy difícil de revertir por legítimas que sean las aspiraciones de la organización asturiana, la más fuerte del país junto a la andaluza tras el varapalo general de 2015.

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