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STEPHEN LIU | Director del centro de investigación en soldadura, uniones y recubrimientos de la Escuela de Minas de Colorado

"Hay que preparar a la gente para las profesiones que trae la impresión en 3D"

"Seguirá habiendo torneros, fresadores y soldadores, pero tendrán que adaptarse a utilizar otras tecnologías"

Stephen Liu, durante su conferencia, ayer, en el campus de Gijón. JUAN PLAZA

Stephen Liu abrió ayer con una ponencia sobre manufactura aditiva el III Congreso internacional y las XXI Jornadas técnicas de soldadura y tecnologías de unión de la Asociación Española de Soldadura y Tecnologías de Unión (Cesol), que se celebran en Gijón. Ponente estrella de estas jornadas, habló de una forma de producción que dio sus primeros pasos con polímeros que se iban pegando por capas y que ahora se está investigando su aplicación, en Estados Unidos, para fabricar piel artificial y otros tejidos. Liu sostuvo ayer que por ahí va a ir el futuro de la bionanotecnología. Ésa no es su especialidad, sino la fabricación mediante manufactura aditiva de piezas industriales usando láser o haz de electrones para fundir los materiales que se van creando capa a capa. Ahora está colaborando con un centro tecnológico de la NASA y General Electric en la fabricación por este sistema de turbinas de avión, motores de más de cinco metros de largo por dos de diámetro y con piezas móviles en su interior.

-¿En qué consiste esta tecnología?

-La capacidad de hacer una pieza de una sola vez y que funcione desde el primer momento, sin tener que hacerla por partes ni quitándole partes como ocurre con las piezas de fundición. Es un proceso que ahorra mucho tiempo, eliminando todo el mecanizado que precisa una pieza de fundición. También permite producir piezas complejas, o que tienen una dificultad enorme para hacerse mediante soldadura.

-¿Estamos hablando de lo que comúnmente se llama impresión en 3D?

-Tiene muchos nombres. Impresión 3D es el que más se usa.

-¿Para qué materiales?

-Sirve para todo, para productos cerámicos, productos relacionados con el carbono, productos metálicos, polímeros y plásticos. Vale para todo, con procesos de fusión diferentes según las mezclas.

-¿Es una tecnología competitiva?

-Hay compañías que llevan usándola muchos años, como Lockheed Martin, una compañía aerospacial. Además de en la aeronáutica, también está implantada en automoción y en la industria petrolífera. Donde no es tan común es en las pequeñas empresas, que son las que conforman la mayoría del tejido industrial. Estamos en la transición de esta tecnología desde las universidades hasta el mundo empresarial.

-¿Por qué la aeronáutica es punta de lanza?

-Porque sus piezas son más complejas y el peso de las mismas es determinante, por eso van por delante tecnológicamente. Este proceso es una solución cuando hay materiales que hoy en día no sabemos cómo unir con soldadura u otros procedimientos. En eso estamos investigando también en Colorado.

-¿Qué ventajas tiene respecto a los procesos tradicionales?

-Se reduce muchísimo el tiempo entre el diseño y el producto terminado. Y también cuesta menos dinero.

-¿Producirá más cambios en la industria?

-Actualmente, las compañías tienen que guardar piezas de repuesto, tener stocks. En el futuro, con estas nuevas tecnologías, se podrá encargar cualquier pieza específica, que se enviará sobre la marcha, sin necesidad de almacenar repuestos. Afectará a la logística.

-Asturias cuenta con muchos trabajadores en profesiones tradicionales del metal, como soldadores, torneros y fresadores. ¿Cree que son profesiones en vías de extinción?

-Primero, hay que adaptar y preparar a la gente para las nuevas profesiones que van a surgir con estas tecnologías y, segundo, habrán que seguir uniendo materiales, porque hay limitaciones prácticas en el tamaño de las piezas que se pueden fabricar mediante manufactura aditiva y también habrá que hacer ajustes en las piezas que se fabriquen con estas nuevas tecnologías. Seguirá habiendo torneros, fresadores y soldadores, pero tendrán que utilizar otras tecnologías.

-¿Cree que se extenderá a la gran industria, a sus compañías auxiliares o a ambas?

-En Colorado, hay agencias públicas que se dedican a promover las nuevas tecnologías y eso contribuye a difundirlo. Y luego hay empresas pequeñas que están comprando esas máquinas e investigando por su cuenta con fondos públicos.

-¿Universidad o industria para avanzar?

-La industria lidera y la Universidad, en Estados Unidos, es un apoyo. Las industrias tienen fondos, pero no tiempo y se apoyan en universidades que les solucionan los problemas de investigación. Industria y Universidad colaboran en centros tecnológicos.

-¿Es una tecnología cara para una empresa?

-Las hay que con presupuestos bajos participan en proyectos de este tipo. Es viable invertir en ello y no hace falta ser una gran corporación.

-En Asturias también se está promoviendo la impresión en 3D para la construcción de edificios. ¿Qué opina?

-No es mi especialidad, pero no veo muy claro que se puedan hacer mediante este procedimiento estructuras, como columnas, lo que además no sería barato. Otra cosa es hacer piezas que no son estructurales pero que se usan en la edificación, como las ventanas o revestimientos, que no es algo que hagan los constructores, sino sus compañías auxiliares.

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