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El macrojuicio del "caso Marea"

Asuntos de familia y de familiaridad

Dos testigos dieron detalles íntimos de Almacenes Pumarín y Nora Proyectos

Alfonso Carlos Sánchez. LUISMA MURIAS

Las empresas, como las familias, son un mundo. Ovidio Suárez fue director financiero de Almacenes Pumarín durante 14 años y trabajó con Ceferino Sánchez, el que la fundó, y con su hijo, Alfonso, el que la quebró y está encausado en "Marea".

Se intentó saber por Ovidio Suárez los cómos, cuándos y porqués de una máquina cara que la empresa compró y devolvió para Ernesto, el hijo del consejero de Educación, José Luis Iglesias Riopedre; de la adquisición de un coche en Tartiere Auto, de la contratación de viajes y de los pagos de una vivienda en Llanes, todo relacionado con María Jesús Otero, ex directora general de Planificación. También del patrocinio al equipo de baloncesto de Avilés en el que jugaba la hija de la superfuncionaria Marta Renedo.

Por el exdirector financiero supimos de Almacenes Pumarín, "no APSA", y que el padre era otra cosa. Desde la muerte de Ceferino, cada sección de la empresa funcionó sola. Alfonso no sabía de informática, ni de contabilidad, ni de bancos. Ovidio estaba a la derecha de la nave, en la gestión, y Alfonso, a la izquierda, al frente de la fuerza comercial. La mano derecha de la nave no sabía lo que hacía la mano izquierda.

De Ceferino aprendió Ovidio Suárez que Almacenes Pumarín tuviera "músculo financiero", para sostenerse aunque la Administración le llegara a deber la mitad de lo que facturaba. También la confianza en la Administración, que paga tarde pero paga y tiene peculiaridades como que o agota el presupuesto a final de año o lo pierde y al año siguiente se lo rebajan a la cantidad que pudo gastar. A veces se compraban y almacenaban cosas que salían más adelante para la Administración del Principado, que no sabe lo que tiene. Acaso en esos trajines de última hora se distrajeran cantidades para viajes y otras cosas, pero cómo saberlo. La Administración tiene sus hábitos familiares: para contratarte, exige que tengas una empresa donde vendes para que pagues IAE y contrates personal allí, lo que obliga a crear empresas fuera de casa.

Las empresas, como las personas, pueden ser engañadas si aparece un patrocinio a un equipo escolar de basket en la cuenta corriente de una señora con muchas cuentas corrientes. Pero las empresas buenas personas ni pagan ni obsequian a funcionarios.

Las empresas asturianas, como tantos asturianos, pueden tener sueños de segunda vivienda en Llanes, pero Ovidio sólo sabía que hacía unos pagos variables no muy altos para la casa de La Bolera. De cheques regalos de El Corte Inglés como pago, "naaaada".

Roberto Gutiérrez Galano era la mitad dedicada a asesoramiento en calidad medioambiental en la empresa Nora Proyectos, que hacía ingeniería por parte del encausado Antonio Azorín, la otra mitad. Una empresa y dos actividades tan diferenciadas que no parece permitir familiaridad entre los socios como para saber de líos de facturas. En Nora, la familia importaba menos. Cuando Gutiérrez Galano conoció a Ernesto Iglesias -con el que contrataría después-, no sabía que era hijo de José Luis Iglesias Riopedre, que entonces no era consejero del Principado. Sólo después de un rato de hablar de las relaciones de Nora con Igrafo se supo que Roberto es hermano de Manuel, socio de esta empresa, competencia en Oviedo de la gijonesa Almacenes Pumarín.

Los testigos se enfrentan a una "U" severa de togados y togadas. El testigo (como Chus Lampreave por ser testiga de Jehová) no puede mentir y debe mantener un equilibrio muy delicado entre lo que reconoce conocer, debe recordar o le consta ante personas que le lanzan preguntas como venablos desde todas las esquinas. A Suárez se le notaba la experiencia de otros juicios. Galano, en cambio, no estaba familiarizado con el enunciado interrogativo "¿y no es menos cierto...?", que no se usa fuera de la Justicia y que no se sabe si suma o si resta -si no por menos es igual a más- pero se nota que no va de buen rollo. En internet hay debate sobre su uso, pero nadie aclara cómo polariza su significado.

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