El proyecto para la construcción de una autovía entre el municipio luso de Bragança y León, con "pinchazo" en el Huerna para darle continuidad hacia Asturias, sale del olvido en el que pareció sumido durante los últimos años. La Diputación de León y la Cámara Municipal de Bragança han acordado lanzar una reivindicación "activa y continuada" para lograr la vía de comunicación. La apuesta por esta infraestructura se puso de manifiesto el pasado martes, durante el acto de constitución de la Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECT) León-Bragança, centrada en el desarrollo conjunto de proyectos susceptibles de contar con financiación comunitaria.

De acuerdo con el proyecto original, la nueva vía partiría de Bragança, adonde llega la autovía de Oporto (AP-4) y, ya en España, atravesaría los términos municipales de Puebla de Sanabria, Castrocontrigo, La Bañeza y Santa María del Páramo, hasta llegar a las inmediaciones de la ciudad de León, donde enlazaría con la autopista del Huerna para llegar a Asturias y continuar hacia Cantabria, el País Vasco y, finalmente, la frontera francesa a través de la Autovía de Cantábrico.

El proyecto, en su momento, recibió el respaldo expreso del Ejecutivo central, presidido por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, el Principado lo acogió con tibieza en la etapa de Álvarez Areces. A su juicio, la autovía podría ser "positiva", pero "secundaria", pese a que permitiría a los asturianos viajar a Oporto por una vía de alta capacidad sin pasar por Galicia. La Consejería de Infraestructuras del Principado circunscribió el proyecto a "la mejora de las comunicaciones de Castilla y León", para dejar claro que su "gran apuesta interprovincial" era La Espina-Ponferrada, un corredor que se cayó de la programación del Ministerio de Fomento con la llegada del PP al Gobierno central. Pese a ello, sigue siendo un objetivo prioritario para el Ejecutivo regional de Javier Fernández.