Un buen escanciado, manual y con estilo. Ese es el requisito fundamental que, a juicio de los expertos, deben de cumplir aquellos establecimientos que pretendan entrar en el club de calidad "Sidrerías de Asturias" que impulsa el Gobierno regional. Y ese es también el requisito que el grupo de sidrerías "Tierra Astur" exige a los 110 escanciadores que trabajan en sus cinco locales a través de un distintivo de excelencia interna: el "chapón".

Para hacerse con esta distinción, los escanciadores deben de someterse a pruebas semestrales teóricas y prácticas, que son evaluadas por un jurado independiente, integrado por profesionales del mundo de la sidra. El nivel de exigencia es alto. Buena prueba de ellos que, tras ocho años y con más de treinta pruebas de evaluación celebradas, solo 38 de los 110 echadores de Tierra Astur han logrado el "chapón". Y de ellos, únicamente tres lo tienen en su categoría de oro. Los del resto son de plata y de oro.

Incentivos

Los mejores escanciadores del grupo llevan el distintivo en la solapa, para que el público pueda distinguirlos. Según fuentes de la empresa, los empleados que consiguen el "chapón" disponen de incentivos para su carrera profesional.

"El objetivo final es ofrecer al cliente el mejor culete de sidra y eso solamente pueden hacerlo los echadores profesionales", subraya un portavoz de Tierra Astur, empresa que ha celebrado en Oviedo una clase magistral sobre escanciado para profesionales del sector. En sus cinco sidrerías se descorchan medio millón de botellas al año.