Muchas veces la gente me dice: "Jorge, cómo puede ser que un chico tan joven esté tan interesado en la política actual, cómo te empezó esa inquietud". A lo que yo siempre les respondo que comenzó hace unos cinco años. Corría 2011, famoso año en el que la crisis económica ya azotaba fuertemente a España y famoso año en el cual José Luis Rodríguez Zapatero adelantaría unas elecciones que darían una mayoría absoluta al PP. El 15 de mayo de ese mismo año recuerdo caminar con mi madre y mi tío por mi ciudad, Avilés. En ese paseo llegamos a la plaza del Ayuntamiento, en la cual estaban reunidas unas quinientas personas formando un gran círculo. Mi madre y mi tío se fueron a tomar algo a una cafetería de la misma plaza y yo decidí quedarme a contemplar lo que ahí pasaba. Me senté en el círculo y al poco tiempo se acercó un chico joven, no superaría los 20 años, con pegatinas que ponían: "Indignado" (aún conservo esa pegatina). En la asamblea callejera poco a poco la gente se iba animando más y más. Recuerdo que un señor mayor cogió el micrófono y se fue al medio del círculo que formábamos todos los asamblearios. En su intervención nos habló de cómo la crisis le obligaba a dar de comer a sus dos nietos todos los días y que sus hijos se partían la espalda por unos míseros 700 euros al mes. Durante varias horas, multitud de personas nos contaron sus situaciones personales. Recuerdo la asamblea como un lugar de esperanza y emociones. El debate y la discusión estaban servidos en esa plaza en la que todos intentaban arreglar el mundo. Entonces, fue ahí, el 15 de mayo de 2011, cuando un joven avilesino de 12 años, hijo de una maestra y de un delineante, tuvo claro que, sin ningún tipo de comillas, iba a arreglar el mundo.