La coalición Unidos Podemos arranca con desconfianza por más que a partir de hoy toque a sus candidatos vender el mensaje de que la unión hace la fuerza ante una cita en las urnas que, en eso coinciden, será histórica. Los recelos quedaron patentes ayer, con la valoración de la alianza por separado, noventa minutos de por medio: el coordinador de IU, Manuel González Orviz, con los integrantes de la lista procedentes de Unidad Popular, y el secretario general autonómico de Podemos, Daniel Ripa, con los socios de Equo de testigos. El apretón de manos entre la coalición y la formación morada puede esperar.

La primera intervención y las respuestas de Ripa tras registrarse las candidaturas dejaron ayer a las claras que a Podemos de Asturias no le quedó más remedio que acatar, a regañadientes, un reparto de la lista pactado más allá del Pajares y el Negrón por los líderes de ambas formaciones, Pablo Iglesias y Alberto Garzón. Ya debían tenerlo claro, por las frecuentes conversaciones con su secretario de organización, Pablo Echenique, pero Íñigo Errejón aprovechó su visita relámpago a La Felguera para recalcar que la dirección asturiana estaba "bien al tanto de que hay que poner por delante el proyecto político" de otras cuestiones como la paridad en las listas.

"Estamos relativamente contentos", matizó el secretario general autonómico de Podemos, que no se anduvo con paños calientes al revelar que la lista de Asturias "fue la última en cerrarse de todo el Estado". Ripa quiso agradecer "la generosidad" de Nacho González (Equo) por facilitar, con su renuncia, la presencia de más mujeres en la lista que, por pasiva, suponía otro dardo postrero a Orviz e IU. "Este hecho hace que Podemos Asturias no pueda avalar en su totalidad el contenido del acuerdo", plasmaron luego en un comunicado, muy en la línea de las declaraciones de Ripa que sí se dio un abrazo y un apretón de manos con Nacho González, que deseó "un poco más de cariño" a la relación Podemos-IU. El secretario general de la formación morada realizó un vaticinio: el terremoto que desean en el escenario político nacional tendrá réplicas en Asturias y en los gobiernos locales. "Es un proceso irreversible", dijo Ripa, que marcó como primeros objetivos la victoria el 26-J y "desaforar" a Vicente Álvarez Areces por su "muy cuestionable gestión" en un Gobierno del que formó parte, en dos etapas, Orviz.

El coordinador de IU prefirió no hurgar en una herida de presunta cicatrización rápida. Hoy deben reunirse los equipos electorales para planificar una campaña "conjunta y diferenciada", esto es con actos unitarios de IU y Podemos pero también compartidos. "Cometemos un error si nos dedicamos a mirar atrás. Coincido con Errejón, es momento de sumar", afirmó Orviz, quien hizo un llamamiento a trabajar "en un proyecto ilusionante más allá de las fricciones", marcó como prioridad "derrotar al PP" en las urnas y reclamó autonomía respecto a Podemos para, por ejemplo, defender la minería.