La gijonesa Eugenia Suárez Serrano (1969) abandonaba hace tan solo unos días el decanato de la Facultad de Comercio con un ligero pesar: que la litografía de Sanjurjo que adornaba su espacio de trabajo no pudiera acompañarla en su nueva etapa como vicerrectora de Acción Transversal y Cooperación con la Empresa. Cuando entró en su nuevo despacho en el edificio histórico de la Universidad le sorprendió, ya colgada, una litografía idéntica a la que dejó en Gijón. Le dijeron que querían que tuviera buenas vibraciones.
-¿Le sorprendió la llamada de Santiago García Granda?
-En ningún momento creí que iba a estar en un Vicerrectorado. De hecho cuando me llamó, me quedé en estado de schock. Me costó mucho tomar la decisión. Estaba muy unida a la Facultad, me gustaba ser decana y no tenía ninguna pretensión de ser vicerrectora porque estaba muy a gusto con lo que hacía pero tengo que decir que la temática me encantó. Los compañeros del decanato me animaron y mi familia también. Pensé que podía ser un desafío profesional interesante y como a mí lo que más me gusta es aprender... acepté.
-¿Cuáles son sus cometidos?
-Este Vicerrectorado no es solo de empresa sino de Acción Transversal y lo que se intenta es integrar actuaciones que antes estaban en diferentes vicerrectorados, para que se coordinen desde aquí. Una de ellas es la de Ciencias de la Salud que antes tenía distintos interlocutores y lo que se pretende es que haya una dirección de área, algo totalmente novedoso para que toda la relación con el Sespa se pueda canalizar por esa dirección.
-¿Existía demanda de ello?
-Me consta que sí. Es algo que Santiago me dijo que querían llevar a cabo porque existía ese vacío y aunque se estaban haciendo cosas era importante mantener una única interlocución.
-¿Cuál es la prioridad inmediata de su Vicerrectorado?
-La primera, montar toda la estructura, aun no están todos los directores. Tendrá finalmente cinco direcciones. Una es la coordinación con Ciencias de la Salud, otra sería Salud y Deporte que venía siendo gestionado por un delegado del rector que estaba un poco al margen de la estructura rectoral y es una novedad. Luego tenemos el área de Responsabilidad Social que canalizará actividades como igualdad, inclusión, discapacidad, conciliación, cooperación... y, en general, todo lo que es la relación de la Universidad con su entorno no solo en el plano educativo sino otro tipo de efectos o relaciones con la sociedad. Hay que ser conscientes de que todo lo que hacemos tiene un impacto social y tenemos que ser responsables en todas nuestras actividades tanto internas como externas. También se creará una dirección de Calidad, que antes se llevaba desde Ordenación Académica.
-¿Por qué el cambio?
-Creemos que la calidad tiene que ir mucho más allá de las acreditaciones y tiene que llegar a nuestros procedimientos y a los titulados también. Queremos hacer un seguimiento de los egresados, porque la Universidad tiene que tener en cuenta que somos un motor y que tenemos una función muy clara en la sociedad. En el momento que finalizan los estudios tenemos que ver a donde van esos egresados, qué están haciendo, y cómo podemos cambiar nuestras titulaciones. También creo fundamental mantener una mayor relación con los exalumnos porque son nuestros mejores embajadores.
