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La guía secreta de Asturias

La Coba, la aldea encantada

El pueblo de Grandas de Salime que linda con el concejo de San Martín de Oscos guarda rincones de singular belleza junto al río Agüeria

Puente de madera sobre el río Agüeria, en La Coba. ANA PAZ PAREDES

Hay lugares en Asturias que, una vez descubiertos, viven para siempre en nuestro corazón. Por la belleza del entorno. Por el camino que nos conduce hasta ellos. Por la historia que cuentan en silencio sus piedras, y hasta por esa sombra amable que algunos tejados emparrados brindan al caminante en los días de sol y de calor mientras suena, abajo, el caminar del río hacia la mar.

Todas esas sensaciones y emociones se producen cuando se disfruta y se descubren lugares tan únicos como la aldea de La Coba o A Coba, como siempre la llamó José Luis Pérez, dueño durante muchos años junto a su esposa, Carmen Gutiérrez, del emblemático hotel-restaurante La Marquesita en San Martín de Oscos, que cerró sus puertas el 13 de octubre de 2015. Era su rincón en el mundo y así me lo mostró el día que descubrí este trocín de paraíso en Asturias gracias a él. Fue hace ya unos cuantos años y, sin embargo, y siendo ya más conocido este lugar por los amantes de la tranquilidad y de la Naturaleza, siempre es un gustazo volver a bajar hasta allí, después de haber subido, para refrescarse el cuerpo y el alma en las aguas del Agüeria. Y más concretamente donde el río Allonca, que viene de Galicia, vierte sus aguas bajo un puente de madera único. Allí, a un lado, las ruinas de un gran molino recuerdan su importancia en el lugar. Desnudo en parte de paredes y cuando la maleza no es muy espesa aún, se pueden contemplar sus grandes piedras de molienda, tomadas por el musgo y el olvido.

Para llegar hasta aquí y desde San Martín de Oscos, se atraviesa la plaza del pueblo y tras cruzar el puente que hay junto a la iglesia, se continúa por la carretera, pasando junto al hórreo de la casa de Curón y se toma un desvío a la izquierda, en dirección a Villarín de Trasmonte y luego hasta Villarquille, donde se encuentra, además, el Centro de Interpretación de la Casa Tradicional de San Martín de Oscos.

Desde esta última localidad una carretera con una pronunciada pendiente lleva hasta La Coba, a cuya entrada hay que dejar el coche y continuar a pie hasta el río. Allí, junto algunas casas rehabilitadas respetando la arquitectura de la zona, con sus tejados de pizarra y sus paredes de piedra, también hay otras en peor estado, además de algún hórreo y la presencia de vides con una profusión que sorprende. Luego el camino se estrecha y lleva, sin posibilidad de error, hasta la joya de esta aldea donde sus vecinos, ya pocos, celebran cada año y cuando llega julio las fiestas de su patrona, Santa Marina.

Hay que cruzar alguna vez ese puente sobre el Agüeria para regresar de nuevo a sentir su magia.

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