El coronel Francisco Javier Almiñana indicó en su alocución que la alta valoración ciudadana de la Guardia Civil es "un acicate para reforzar y conservar como un tesoro las características que le hacen ser un cuerpo único y singular, por su historia, su lealtad, su alta cualificación, su acendrada vocación de servicio, su cercanía al ciudadano, su permanente disponibilidad, su vasto despliegue y su naturaleza militar, que le otorga un plus de eficacia y eficiencia".

Ayer se entregaron varias cruces con distintivo blanco de la Orden del Mérito de la Guardia Civil, en primer lugar al coronel Vicente Bravo Corchete, subdelegado de Defensa, y luego al capitán Juan José Camporro, al sargento Miguel Ángel Sierra, a los cabos Agapito Sánchez y Javier Rouco, a los guardias Jorge Suárez, Alfonso Iglesias, Jesús Manuel Trabanco, Julio Alfonso Pascual, José Antonio Prego y Juan José Morales, a la funcionaria Esperanza Cruces y al guarda mayor de caza, José Antonio García.

También se entregaron diplomas de reconocimiento a los agentes que han dejado el cuerpo por jubilación: el comandante Florentino García Merino, el subteniente José Barbero Pardal, el sargento Fernando Amigo y los guardias José Santos, Víctor Domínguez, Ángel Ferrero, Antonio Fernández Oliveros, José Manuel García Hernández, Jesús Granados, Carmelo Rafael Muñoz, Juan Fernández y Rogelio Sánchez. Se entregó también un diploma de reconocimiento a los guardias fallecidos Francisco José Pérez Martínez y Bernardino Mostaza López, recogidos por sus respectivas viudas, María Montserrat Rodríguez y Ana María Nieves Iglesias. Los anteriores tuvieron oportunidad de jurar la bandera con motivo de su salida del cuerpo, uno de los momentos más emotivos, junto con el homenaje a los caídos.

El subteniente Barrero Pardal tomó la palabra en nombre de los homenajeados. Tuvo especiales palabras de cariño para el guardia Francisco José Pérez, "Kiko", fallecido al cabo de un año tras sufrir una dura enfermedad, y que el subteniente tuvo a su mando en el puesto de Degaña.