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Un proyecto ferroviario clave para la región

El túnel de Pajares echa la persiana

El final del montaje de la vía en León y el retraso en la vertiente asturiana detienen el avance de la obra en el gran tubo de la Variante, cerrado con una verja | Las empresas auxiliares lamentan el "parón"; ayer ya había varias personas buscando chatarra en los tajos paralizados entre Pola de Lena y la Cordillera

Estado de las obras de la variante de Pajares

Estado de las obras de la variante de Pajares

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Estado de las obras de la variante de Pajares Los Pontones (Lena), José A. ORDÓÑEZ

Dos grandes verjas metálicas impiden el acceso desde Asturias al gran túnel de la variante de Pajares. El paso subterráneo se ha quedado sin más actividad que la de mantenimiento, una vez concluidas las obras de instalación de las vías en la vertiente leonesa del trazado y a la espera de que arranquen las labores de colocación de los raíles desde Pola de Lena, suspendidas por un desencuentro económico entre el Adif y la constructora adjudicataria (Dragados). Responsables de empresas que se estaban encargando de diferentes proyectos auxiliares en el túnel y los hosteleros del entorno coinciden en que "todo se ha parado" desde hace un par de semanas. Los pocos operarios que quedan en los tajos que unen Pola de Lena con la Cordillera estiman que los trabajos no se reactivarán en varios meses, al menos hasta que se conforme un nuevo Gobierno.

"No hay obra. Han cerrado los túneles para que no entre nadie y no han dejado ni siquiera al guarda de seguridad", confirma un portavoz de una de las empresas auxiliares, que teme por las "consecuencias" que puede tener un parón de varios meses en unos túneles que miden 25 kilómetros de largo y en los que hay "una tremenda humedad". Los pasos expulsan en estos momentos al exterior unos 335 litros de agua por segundo, en su mayor parte de los manantiales y arroyos de la montaña leonesa que se cuelan al interior de los tubos por el drenaje ocasionado por la excavación de la Variante. Todo el líquido que sale de la Cordillera pasa a una planta de tratamiento situada a un paso de la localidad lenense de Los Pontones. Luego, vierte directamente al río Huerna.

Las labores para el revestimiento del tubo que entrará en servicio en primer lugar ya están listas, tras una inversión superior a los 250 millones que también incluye la adecuación del otro paso. El agua que se sigue colando al túnel no afectará a la circulación ferroviaria porque, según los técnicos, no entra al conducto por el que irán los trenes. El Adif dispone de un proyecto para recortar la aportación de líquido desde los cauces de León.

La imagen que presentaban a mediodía de ayer las bocas de los túneles y el trazado en superficie hasta Pola de Lena era desoladora, sobre todo para una obra que acumula seis años de retraso sobre los primeros compromisos políticos de conclusión. En los emboquilles de los pasos subterráneos, clausurados con grandes verjas metálicas ubicadas a unos diez metros de profundidad, pero visibles desde el exterior, la actividad se limitaba a la reparación de una arqueta por parte de media docena de operarios ajenos a las constructoras y a trabajos en un cierre metálico. Nada más. Ni rastro de Dragados, la empresa adjudicataria del proyecto para colocar las vías de Pola de Lena a la Cordillera y en un tramo de túnel de 10 kilómetros. Buena parte de las traviesas necesarias para esta actuación permanecen estos días en un almacén cercano, al aire libre. Lo cierra una valla herrumbrosa y la impresión es de total abandono.

La constructora del grupo de Florentino Pérez se hizo con el contrato de las vías en junio de 2014 con una oferta de 9,28 millones de euros, la mitad del presupuesto base de licitación. Tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, la compañía renunció tras no lograr que Fomento le compensara por el importante retraso derivado de los problemas con el talud de Campomanes.

La ladera inestable que ya obligó a desviar el paso de la autopista del Huerna al otro lado del valle, por las enormes dificultades de un terreno conocido popularmente en Lena como L'Argayón, concentraba ayer la única actividad reseñable en todo el trazado asturiano de la Variante. Varias máquinas y operarios trabajaban en un talud que ya dio problemas desde el mismo comienzo de las obras y en el que no se actuó antes porque Fomento desoyó las advertencias de los constructores sobre sus riesgos.

Técnicos con amplia experiencia en el sector ferroviario afirman que lo más adecuado hubiera sido sortear esa zona con un trazado subterráneo. En la contención del talud se llevan invertidos más de 31 millones de euros y las obras han sufrido varias paralizaciones.

El desencuentro entre Dragados y el Adif amenaza con generar otro importante retraso en la puesta en marcha de la variante de Pajares. Y es que, según el contrato, la instalación de las vías ya debería estar lista desde finales del pasado año. Sin embargo, ni se ha iniciado ni hay fecha concreta para que lo haga. Expertos conocedores de la obra pública sostienen que si es necesario repetir los trámites de licitación y adjudicación, éstos ocuparán en torno a un año, al que habría que sumar un plazo de ejecución que, en el caso de Dragados, se estableció en 15 meses. En este escenario, la inauguración del nuevo acceso ferroviario a la región se retrasaría a 2018.

El proyecto leonés

La situación con las vías en la parte asturiana del trazado contrasta de manera clamorosa con la obra de León. Al otro lado de la Cordillera, Acciona y FCC han concluido ya la colocación de los raíles en el tramo de 27 kilómetros que parte de La Robla y que se adentra en el gran túnel 10.000 metros. El presupuesto de la actuación fue de 9,4 millones de euros, solo 200.000 euros más que la cantidad rechazada por la constructora de Florentino Pérez para hacerse cargo del proyecto de Pola de Lena a la Cordillera.

La paralización de la instalación de vías en la vertiente asturiana provoca que en todo el trazado se sucedan los tramos subterráneos y en superficie en los que ya está lista la plataforma ferroviaria, pero que permanecen sin equipar, por mucho que en algunos ya se hayan colocado las torres que sustentarán las catenarias. LA NUEVA ESPAÑA pudo comprobar ayer que, salvo en el talud de Campomanes, la actividad en la Variante es nula.

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