La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El asturiano procónsul de Cuba que controla Venezuela

Ramiro Valdés, con raíces en Gijón y las Cuencas, fue enviado por Fidel a diseñar el aparato represor de Chávez

El asturiano procónsul de Cuba que controla Venezuela

Venezuela no es Cuba, pero se le parece un poco más desde la llegada de Ramiro Valdés Menéndez, uno de los tres comandantes históricos de la Revolución, nacido en Artemisa (provincia de La Habana) el 28 de abril de 1932, descendiente de emigrantes de Gijón y de las Cuencas, y actual vicepresidente de los consejos de Ministros y de Estado del Gobierno cubano.

En enero de 2010 el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunció que Ramiro Valdés (Ramirito) encabezaría la comisión creada para resolver la grave crisis energética que vivía el país y que hoy, seis años mas tarde, es tan cruda que obliga incluso a suprimir la celebración de misas (no hay aire acondicionado en las iglesias) y a reducir a dos los días de trabajo semanal. En realidad, a Valdés, apodado "el Carnicero de Artemisa" -a quien algunos diplomáticos califican como "el venezolano" por ser quien mejor ha conocido los resortes del poder en Caracas y las confidencias del difunto Chávez-, se le atribuye el diseño del aparato represor del régimen bolivariano. Numerosos analistas niegan esa versión oficial que atribuye el viaje de Valdés al encargo de resolver los problemas energéticos ya que Cuba padece desde hace décadas graves restricciones eléctricas. En la isla se cuenta que el comandante, declarado "héroe de la República", marchó a Caracas por decisión de Fidel y de Raúl Castro, para ayudar a Chávez a mantenerse fuerte en el poder. En 1996 Valdés se puso al frente del grupo empresarial Copextel, encargado del desarrollo de importaciones electrónicas e informáticas que pasó a ser parte del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones en el año 2000.

Ramiro Valdés creó los Servicios Secretos cubanos (el G2) y fue ministro del Interior, el departamento encargado de dirigir las maniobras contra la disidencia. En 2006 Fidel le nombró ministro de Informática y Comunicaciones. Se le considera como el principal responsable de la censura de internet en Cuba. Ese control de la red podría haberse extrapolado a Venezuela, donde el régimen teme la rápida comunicación que permite la red entre los opositores y convocantes de manifestaciones.

"Cubazuela"

Dirigentes de izquierda, como Américo Martín, están convencidos de que la presencia de Valdés en Venezuela tuvo como objeto diseñar estrategias de represión para callar a la disidencia, especialmente a los estudiantes. Valdés también está considerado el hombre que vigila de cerca lo que ocurre en el país al que los venezolanos con ese sentido innato del humor llaman "Cubazuela".

De hecho, muchos dan por hecho que La Habana es una especie de capital paralela a Caracas. La "cubanización" del Ejército quedó patente con la introducción del lema castrista "Patria, socialismo o muerte". Chávez firmó en su día un acuerdo bilateral con La Habana que permite a personal policial y de seguridad estatal cubano realizar en Venezuela tareas de inteligencia y policiales. Hoy se estiman en más de 60.000 el número de cubanos que viven en Venezuela. Están especialmente presentes en el sector sanitario, en el deportivo y en el Ejército. Otros se encargan de tareas administrativas que afectan a los 200 acuerdos de cooperación firmados entre ambos estados.

Otra de las tareas de Valdés habría sido otorgar al G2 cubano el control de los Servicios de Inteligencia de Venezuela, así como los de identificación e inmigración, y el Registro Civil. Una de las pruebas de la entrega a Cuba del Sistema de Identificación Nacional se encuentra en los "papeles de Panamá". Los documentos señalan que Cuba controla desde 2006 el sistema de pasaportes y cédulas de Venezuela, a través del banquero peruano Pancho Pardo, beneficiario de Billingsley Global Corp. y otras empresas pantalla que permitieron que Cuba revendiera a Caracas la tecnología para los pasaportes cuando el Gobierno de Chávez renovó el sistema de identificación.

Ramiro Valdés Menéndez nació en una familia humilde, trabajó como bodeguero en Artemisa y pronto se dejó seducir por la Revolución castrista. Si su currículum político impresiona, el militar no se queda nada atrás. Fue uno de los ocho asaltantes del cuartel Moncada y juzgado por el Tribunal de Urgencia de Santiago de Cuba. Estuvo encarcelado en Isla de Pinos y en 1955 se exilió en México. Fue uno de los once supervivientes del desembarco del "Granma" y subió a la Sierra Maestra. Integró primero la Columna 1, la llamada "Columna madre".

Al crearse la columna invasora 8 "Ciro Redondo", al mando del comandante Ernesto "Che" Guevara, fue designado su segundo jefe y ascendido a comandante. Participó en las acciones del "Escambray", hasta el triunfo de enero de 1959. Desde 1976 tiene el grado honorífico de Comandante de la Revolución. Es actualmente vicepresidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros de Cuba. En el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba fue ratificado como miembro del Buró Político. Valdés Menéndez pertenece a esa vieja generación de militares que acompañaron a los Castro en 1953. Se dice que su función siempre ha sido promover el aparato represivo del régimen y promulgar leyes contra la disidencia. A él se debe el llamado "índice de peligrosidad social".

A los 84 años se conserva fuerte y atlético, gracias al deporte. Ramiro es todo un "runner" que corre por las calles de La Habana. A veces se permite unas copas de vino y siempre que puede expresa su admiración por el comandante Castro. "Fidel es la verdad de nuestra época. Sin chovinismo, es el más grande estadista mundial del siglo pasado y de éste, es el más extraordinario y universal de los patriotas cubanos de todos los tiempos", así lo escribió Ramiro Valdés en "Granma" en 2006 y seguro que así lo sigue pensando ahora.

Compartir el artículo

stats