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Apuntes De Mecánica Política

El menú de callos que indigestó al PP

La comida que De Lorenzo ofreció a varios exdirigentes del partido no era en sí una conjura, pero removió el caldo de descontento que permanece congelado por las elecciones

"A ver si va a ser que no se pueden tomar unos callinos con los amigos", dijo Gabino de Lorenzo tras ver publicada en LA NUEVA ESPAÑA la fotografía de los comensales que le acompañaron el pasado jueves. El exalcalde de Oviedo Agustín Iglesias Caunedo, el candidato al Senado Ovidio Sánchez, el senador Fernando Goñi y el aún vicesecretario del partido, Pablo Álvarez Pichel, conversaban en la calle mientras rumiaban los callos y calamares que el Delegado del Gobierno les había servido. Caunedo gesticulaba airado comentando el partido de fútbol de esa tarde y nadie se percataba del objetivo de la cámara. Al día siguiente, con el periódico, los callos se le indigestaron a medio partido. Los ecos de descontento interno y de un sector crítico con la presidenta, Mercedes Fernández, que comienza a mirar con atención al futuro congreso regional del PP casi se materializaron en aquella imagen, que reunía a dirigentes populares que combinan con Mercedes Fernández como agua y aceite.

La comida no fue una conjura. Gabino de Lorenzo, animado por los actos del aniversario de la Guardia Civil de esa misma mañana, descolgó el teléfono y convocó. Durante el menú se habló de todo un poco: la situación nacional, regional y las perspectivas electorales, entre otras cosas. Pero el PP ya viene calentito de lejos.

La reedición de la alianza con Foro para las elecciones repetidas del próximo 26-J ha agitado a exdirigentes y a varias juntas locales en las que no quieren ni oír hablar de la idea de participar junto a los de la formación de Álvarez-Cascos en la campaña electoral. Mercedes Fernández quiere ir cauterizando las heridas que causó la irrupción de Foro, entendiendo que es más lo que atrae a populares y foristas que lo que los separa, y que sólo un centro-derecha unido puede lograr un gobierno en Asturias. Pero quienes la cuestionan preferirían ver asfixiado a Foro, en vez de camuflando sus resultados con los del PP, sin que pueda conocerse a las claras el peso que tiene ahora en el electorado.

Y no es solo el sector crítico el que tiene las miras puestas en el congreso. Mercedes Fernández ha ido celebrando las últimas semanas comidas (también) con presidentes de juntas locales de toda Asturias, agrupadas por territorios. El objetivo en teoría es recibir impresiones de los municipios, señalar necesidades, aunar estrategias y espolear los ánimos de cara a las elecciones. Pero también acaba en ocasiones en el mantel la mención al futuro congreso regional (que se producirá después del nacional y que probablemente tenga fecha muy a finales de este año o los primeros meses del próximo). El entorno de Mercedes Fernández dice que esa inquietud surge espontánea: otros asistentes a las citas afirman que se desliza sutilmente la idea de que la actual presidenta quiere volver a presentarse. Sea como sea, Mercedes Fernández va haciéndose un mapa de sus fortalezas y debilidades territoriales.

Perdidas para la actual presidenta del partido las juntas locales de Oviedo y Avilés (en esta última existe una fractura peligrosa entre la dirección local y parte del grupo municipal), y con Gijón en guerra interna abierta, Mercedes Fernández deberá aplicarse bien en el resto de concejos. Halla un respiro en el argumento de que algunos de quienes podrían capitanear una revuelta tienen sobre sí el peso de investigaciones judiciales o controvertidas sentencias millonarias para las arcas públicas. Y que otros no gozan, asegura, del favor de la cúpula nacional del partido. Además, quien invita a callos es el mismo que para Cascos representaba lo que había que desterrar del PP asturiano.

Por eso será tan importante ver cómo los populares afrontan su congreso nacional, ese para el que según Rajoy no existe nadie que le dé relevo natural. Y el clima de ese congreso estará determinado por el resultado electoral y si los populares logran mantener el gobierno a la segunda. Hay aún demasiadas incógnitas por resolver en el futuro como para prever qué pasará con el volcán del PP asturiano. Pero que hay magma hirviendo lo tienen claro hasta los foristas, que han comprobado que en la casa de sus socios cuecen tantas habas como en la suya.

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