Las políticas de ajustes y recortes dejan en suspenso obras del AVE en marcha, como la Variante de Pajares, y ponen el órgano gestor de las infraestructuras ferroviarias, el ADIF, al borde de una crisis con una reestructuración directiva en ciernes. La parálisis del acceso ferroviario de la meseta genera malestar en las filas del PP asturiano que vuelve a verse en el trance de no poder hacer de ese proyecto una de sus bazas en las elecciones generales del 26-J.

La llegada de Ana Pastor al Ministerio de Fomento, tras la victoria del PP en las generales de 2011, marcó un punto de inflexión en las obras de la Alta velocidad y un cambio de criterio en las adjudicaciones, en las que hasta entonces tenían el mismo peso la oferta económica y las cuestiones técnicas. La necesidad de ajustar al máximo el gasto, para lograr una mayor eficiencia de los recursos disponibles, provocó que el coste pasara a tener un peso del 75 por ciento en la decisión sobre la adjudicación mientras que los criterios técnicos suponían el 25 por ciento del baremo. Fuentes del consejo de administración del ADIF han asegurado a LA NUEVA ESPAÑA que la primera consecuencia de esta política consistió en que buena parte de las obras se adjudicó en la mitad del precio inicial de licitación sin que fueran consideradas bajas temerarias. "A algunas constructoras no les salen las cuentas, porque habían hecho ofertas muy ajustadas, y ahora no se aprueban con tanta alegría modificaciones que no tengan detrás un sustento jurídico", señalaron las mismas fuentes. Y ahí está el motivo del parón en varios proyectos del AVE, como la Variante de Pajares, pero también ha habido problemas con obras del AVE gallego, la Y vasca y la llegada de la Alta Velocidad a Granada y Murcia.

Desde el ADIF incluso se han elevado consultas a la Abogacía del Estado para saber si la rescisión de los contratos con las empresas que han parado las obras por desacuerdos económicos podrían ser motivo de la resolución del contrato sin que por ello hubiera que pagar algún tipo de indemnización o compensación por perjuicios económicos.

Curiosamente, este parón "no es imputable a una falta de liquidez del ADIF, que está pagando sus certificaciones", aseguran las mismas fuentes, sino a las nuevas pretensiones de las empresas constructoras.

En otras épocas, esas diferencias con las empresas constructoras se resolvían mediante acuerdos negociados, pero el criterio definido por la ministra Ana Pastor es ceñirse al contenido de los pliegos de condiciones y a las cuantías fijadas en los contratos de las adjudicaciones. Las reclamaciones de las adjudicatarias de más dinero han puesto al ADIF, el órgano gestor ferroviario al borde de una crisis. De momento, ya han sido cesados el subdirector de operaciones del noroeste, Jesús Sobrino, y el gerente del ADIF en Galicia, y ahora hay rumores que apuntan al relevo del responsable de construcción y explotación del órgano gestor ferroviario, Javier Gallego. La empresa pública ni confirma ni desmiente pero en el sector dan por hecho que será sustituido por la ingeniera gallega Isabel Pardo.

El parón en las obras de la Variante, también afectada por los problemas técnicos con un talud en Lena, no es un buen aliado para el PP asturiano, en cuyas filas existe malestar porque el estado actual de ese proyecto estratégico puede restar más que sumar cuando estaba llamado a ser una baza de la campaña electoral.