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Cogersa reserva 66 millones para cerrar el vertedero de Serín y mantenerlo 30 años

La gestión y el tratamiento de residuos no peligrosos aportaron el 50% de los 3,4 millones que ganó la sociedad en 2015

Cogersa reserva 66 millones para cerrar el vertedero de Serín y mantenerlo 30 años

La Compañía para la Gestión de Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa) ya se prepara para la clausura del vertedero de Serín, prevista para 2020, año en el que ya debería de estar en servicio la planta incineradora o, en su defecto, la solución alternativa que estudia el Gobierno regional socialista para cumplir el pacto con IU que permitió la investidura presidencial de Javier Fernández. La sociedad tiene reservados 66,4 millones de euros para afrontar los gastos que supondrá el cierre de los tres depósitos, así como para sufragar su mantenimiento posterior durante treinta años. La última aportación a este fondo se formalizó en las cuentas del ejercicio de 2015, por valor de 3,8 millones de euros.

La legislación europea obliga a Asturias a cambiar su actual modelo de gestión de residuos, para eliminar el vertedero y centrarse en la reducción de los desechos, reutilización, reciclaje y valoración energética. El Ejecutivo autonómico tenía decidido adaptarse a las exigencias de Bruselas con una incineradora, proyecto que llegó a licitarse pero que hoy está aparcado a la espera del resultado de un estudio de alternativas que, en principio, deberá de estar listo tras el verano. Esta indefinición ha llevado a Cogersa a aprobar una ampliación del vertedero de Serín, que está hasta los topes, con el objetivo de llevar su vida útil hasta 2020, cuando, siempre que no haya nuevos retrasos, se procederá a su clausura. Este recrecido del depósito -el tercero desde que se inauguró en enero de 1986- se realizará en altura, con una elevación de la actual cota en 50 metros, casi tanto como lo que mide la torre de La Jirafa de Oviedo, y sobrepasando por primera vez el nivel de la cavidad natural del valle de La Zoreda. El presupuesto es de algo más de dos millones de euros.

El recrecido del vertedero, a la espera de lo que ocurra con la incineradora, está recogido en el plan de residuos del Principado, aprobado el pasado febrero por el Consejo de Gobierno después de que un recurso judicial tumbara el texto original por carencias en la tramitación. Sin embargo, la ampliación prevista podría quedar paralizada si prospera el nuevo recurso presentado contra el plan por el Conceyu contra la Incineración, a través del colectivo ornitológico Maeva.

Cogersa forma parte de un consorcio en el que están representados los 78 concejos asturianos y la Administración autonómica. La sociedad cerró el ejercicio del año pasado con unos beneficios de 3,44 millones de euros, cantidad que está ligeramente por debajo de la conseguida en 2014. Casi seis de cada diez euros que ingresa Cogersa provienen de la recogida y el tratamiento de los residuos no peligrosos, que le supusieron 21,5 millones el pasado ejercicio. En este capítulo se incluyen tanto la retirada y el transporte hasta el depósito de Serín de la basura que generan los municipios, como los ingresos por el tratamiento de los lodos de depuradora para el consorcio del agua (Cadasa) o los desechos no peligrosos provenientes del ámbito empresarial.

Además, dentro de este particular "negocio de la basura" de Cogersa también tienen relevancia los 6,1 millones de euros que recaudó en 2015 con la recogida separada de residuos y su posterior clasificación. La sociedad ingresó otros 2,8 millones de euros por la venta de los materiales ya reciclados.

El vertedero de Serín, que entra ahora en la última etapa de su vida útil, recibió en 2015 un total de 839.470 toneladas de residuos, lo que supuso un incremento del 9,28 por ciento con respecto a 2014. La subida se centró, fundamentalmente, en los desechos de construcción y demolición, que superaron en un 28% a los recogidos durante el ejercicio anterior. Los restos peligrosos aumentaron un 24,6%. Cogersa los somete a un tratamiento físico-químico y de estabilización antes de proceder a su almacenamiento en el depósito de seguridad.

Cogersa, que recicla el 31% de los residuos que gestiona, destina anualmente algo más de un millón de euros a disminuir el impacto ambiental de sus instalaciones. Incluye la depuración de lixiviados, que son los líquidos que discurren a través de los desechos almacenados, así como diversos análisis de agua, de suelos y controles de ruido. Se trata de actuaciones que no evitan las continuas quejas de los vecinos de las localidades del entorno, entre ellas Campañones (Corvera). Las protestas se ha recrudecido desde que se anunció la ampliación en altura del vertedero, ya que acercará la cota de la basura a las casas.

La historia del vertedero de Serín arranca en 1982, cuando el Ejecutivo autonómico presidido por el socialista Rafael Fernández y varios concejos pusieron en marcha el Consorcio para la Gestión de los Residuos Sólidos Urbanos (Cogersa), con el objetivo principal de disponer de un depósito controlado de desechos ante la proliferación de basureros y escombreras "piratas". La obra en el valle de La Zoreda arrancó en 1983 y en 1985 llegaban al enclave los primeros residuos, aunque la inauguración oficial se produjo en enero del año siguiente.

El depósito ya ha sido objeto de dos ampliaciones. La primera de ellas se ejecutó en 2005 y permitió ganar 2,1 millones de metros cúbicos hacia la cabecera del valle. La segunda se acometió en 2010 y supuso un incremento de 3,5 millones de metros cúbicos.

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