-Estamos casi en vísperas de la famosa reválida de sexto de Primaria. ¿La apoya?
-Desde ANPE somos muy críticos con la LOMCE, pero la reválida es una evaluación que busca evaluar la eficacia del sistema y los recursos disponibles y, como tal, es buena. A quien aconseja no realizarla hay que decirle que no se puede incumplir una ley así como así.
-¿A la LOMCE le quedan cuatro días?
-Una ley tiene que sustituir a otra, y lo que me parece es que ahora se está proponiendo un modelo alternativo de ley educativa que tampoco tiene el consenso necesario. Se actúa como actuó el ministro Wert. Por de pronto la ley vigente hay que cumplirla.
-Acaba el curso en Asturias. ¿Conclusiones?
-Hubo buen tono en la Administración, aunque de muchas cosas nos enteremos por la prensa. Sigue habiendo rodillo. Las primeras decisiones referentes al mapa escolar, por ejemplo, se tomaron sin contar con la comunidad educativa.
-¿Tiene la sensación de que se haga lo que se haga en este sentido siempre habrá oposición?
-El discurso de los padres de los colegios Gesta I y Gesta II a mí me parece muy sensato. En general lo que dicen las familias es que se promuevan las obras necesarias, que se les escuche y que se evite la información contradictoria. Mi impresión es que la Consejería de Educación va a seguir adelante en este tema.
-Una reivindicación sobre todas las demás.
-Que se vuelva en Asturias a las dieciocho horas lectivas en Secundaria. Hay que evitar la asfixia del profesorado.
-Oposiciones docentes.
-Son 418 plazas, un número importante pero no suficiente. Hay que acabar de una vez por todas con la ingente bolsa de interinidad. No puede ser que Asturias tenga cerca de tres mil profesores interinos en la red pública, y que de ellos unos mil estén a media jornada y a medio sueldo.
-Con las jubilaciones, ¿lo comido por lo servido?
-En apenas cinco años se han jubilado en Asturias unos dos mil docentes. No es extraño en un colectivo en el que más de la mitad de los profesores tienen más de 50 años. Y no va a ser fácil trasladar a la oferta pública de empleo el ritmo de jubilaciones que se prevé para los próximos cursos. Lo malo es que no vemos planificación y que las plantillas están muy menguadas.
-ANPE firmó en su día el acuerdo de interinos, que nunca contó con unanimidad sindical. ¿Sigue defendiéndolo?
-Por supuesto. Es un buen acuerdo. A veces pienso que muchos de los que lo critican no lo han leído. Asturias es una de las poquísimas comunidades españolas -lo pongo como ejemplo- en la que los interinos que acrediten 165 días de trabajo durante el curso pueden cobrar su salario los meses de verano.
-¿Defiende también que los interinos puedan cobrar, si procede, el plus de productividad?
-Con el plan de evaluación y los interinos la Administración es contumaz. Lo fue en el cobro de sexenios hasta que las sentencias marcaron el camino. Es un tema que se les escapa económicamente de las manos, pero no tiene sentido que los interinos estén extramuros del plan de evaluación. El asunto está en los tribunales europeos, y la próxima instrucción que nos llegue de Europa va a ser vinculante.
-Asturias es la única comunidad con un plan de evaluación docente. ¿A qué lo achaca?
-A lo mejor es que a los demás el esfuerzo del profesorado no les preocupa. El problema de fondo es que falta un Estatuto de la Función Docente; llevamos treinta años reivindicándolo, pero no hay forma. Con Ángel Gabilondo como ministro estuvimos cerca, pero las cosas como son: para los políticos la enseñanza no es un valor universal como lo es la sanidad. La pierna, la cabeza, el estómago duelen. Y hay que solucionarlo. La enseñanza es menos concreta. Y a pesar de todo el sector funciona razonablemente bien. Aspiramos a la apertura de un segundo plan de evaluación con otras exigencias de competencia y la actualización de los pluses.
-Califique el sueldo del profesorado asturiano.
-Con los pluses del plan de evaluación seguimos en el furgón de cola, pero al menos ya no estamos los últimos junto a Galicia. Hemos perdido un 20 por ciento de poder adquisitivo desde 2010. Hay quien dice que se cobra en especie, en forma de más vacaciones. En realidad el periodo de descanso de un profesor respecto a otro funcionario es de doce o quince días más a lo sumo.
-Dentro de un año, la patata caliente de la firma de los nuevos conciertos educativos.
-La posición de ANPE es clara: nos debemos a la escuela pública. El tema de los conciertos es complejo. La red concertada es una realidad incontestable desde 1985. A la Administración le decimos que antes de ampliar conciertos revise alternativas en la red pública. Y que nadie entienda esto como un ataque a la concertada.
