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ROSA MUÑOZ | Fotógrafa, inauguró ayer en Gijón la exposición "Re-creando realidades"

"Mi obra fotográfica está regida por el paso del tiempo y la tensión narrativa"

"En el campo en el que yo trabajo, con artistas como Chema Madoz o Ciuco Gutiérrez, recreamos lo que imaginamos"

Rosa Muñoz, ayer, en la galería gijonesa Vigil-Escalera. ÁNGEL GONZÁLEZ

Está considerada como una de las grandes fotógrafas españolas. La madrileña Rosa Muñoz (1963) inauguró ayer en la galería Aurora Vigil-Escalera, en Gijón, la esperada exposición "Re-creando realidades". Es la primera muestra monográfica en Asturias de una de las representantes más sobresalientes de lo que viene conociéndose como "fotografía escenificada". La artista explica en esta entrevista algunas de las características de su trabajo, imágenes inventadas a partir de la imaginación.

-¿Qué obras incluye en "Re-creando realidades"?

-Dos series de mi primera época: "Casas" y "El bosque habitado". En "Casas" recreo cierta forma de vida de los años sesenta, en plena dictadura franquista. Mi trabajo está movido por la descontextualización: son imágenes de lugares ficticios, pero construidas con objetos que yo veo como iconos de aquella época; es un acercamiento social y una crítica.

-Se dice de sus imágenes que son "fotografías escenificadas". No sé si se siente a gusto con esa clasificación...

-También se habla de "fotografía construida". Hay distintas expresiones. En resumen, supone una recreación. Uno toma elementos de su propia fantasía, ciertamente oníricos en mi caso. Es la misma situación a la que se enfrenta un escritor o un pintor cuando se pone frente al folio y al lienzo en blanco, pero trasladada al campo visual. Creo mi propia imagen. Hay una construcción de imágenes, igual que el escritor hace una historia a partir de las palabras. Es el campo en el que yo trabajo, junto con fotógrafos como Chema Madoz o Ciuco Gutiérrez. Recreamos los lugares que nosotros mismos imaginamos.

-O sea, que cree poco en aquello del "instante decisivo" predicado por Cartier-Bresson...

-Sí, creo totalmente, pero me interesa más construir las propias imágenes. Yo también hago denuncia social, de alguna manera. En otras series he hecho fotografía documental, reportaje, sólo que desde hace años estoy más interesada en esta recreación de lugares imaginados.

-En "El bosque habitado" trabaja con muebles y objetos de interiorismo que sitúa en espacios naturales. ¿Por qué?

-El denominador común de todo mi trabajo es el paso del tiempo. Lo que hago en ese trabajo es sacar la casa fuera, ponerla en otro entorno. Es otro ejemplo de descontextualización del hábitat. Lo que quiero es crear tensión narrativa en el espectador; para eso construyo una especie de estudio cinematográfico. Llevo "flashes" al lugar que quiero fotografiar, en este caso ciertos bosques.

-¿Tarda mucho tiempo en componer una de estas imágenes?

-Sí, sí. Las composiciones complejas me llevan varios días. Busco muebles en cacharrerías, hago dibujos, croquis, localizaciones. En "El bosque habitado" hay lugares de Llanes. Hay mucha elaboración porque voy a espacios naturales; no utilizo el Photoshop. En un disparo tienes que recoger todo lo que quieres transmitir.

-Ante la serie "Casas", tenemos la impresión de que, pese a las erosiones del tiempo, trata de preservar rastros y huellas de la vida...

-Son iconos de una época, como decía, guiños visuales o apropiaciones. En una de las imágenes hay incluso una foto de Franco. Hay ahí tensiones sociales que yo voy desarrollando. Intento que el espectador entre en mis fotografías.

-¿Qué le interesa del recurso de la descontextualización, tan presente en estas obras?

-Es lo que me permite crear esas tensiones narrativas de las que hemos hablado. Gracias a la descontextualización reconstruyo esas fantasías, ciertos sueños surrealizantes. Es una manera de que el espectador esté desubicado y se vea obligado a preguntarse: ¿esto qué es y cómo ha podido hacerlo? Es una fotografía teatralizada y, a la vez, cinematográfica. Me gusta ver qué pasa al poner, por ejemplo, una cama en un bosque salvaje; que esa cama esté vacía, pero que se note la huella humana porque hay una alfombra, una lámpara, un libro o una copa de vino. Me gusta que se vea la pátina del ser humano, sólo que yo no utilizo personas. Son imágenes vividas.

-El ser humano está, pero se percibe por su ausencia...

-Sí, esa huella está en todas mis fotos. Intento que el espectador vea que son casas o lugares vividos. Fotografío la huella como una metáfora.

-En sus imágenes hay una evidente influencia del surrealismo, pero me parece ver también una continuidad por otros medios de los simulacros barrocos. No sé si está de acuerdo...

-Puede ser, porque en algunas de mis imágenes sí hay visitaciones a la historia del arte. El Barroco... A veces haces cosas de manera inconsciente. Puede que en algunas de mis imágenes ofrezcan, en efecto, una mezcla de muchas cosas, colores.

-Vivimos un momento de multiplicación y trivialización de las imágenes a partir de las múltiples pantallas que ocupan nuestras vidas. ¿Qué ha de tener una imagen para salvarse?

-Bueno, el mundo son imágenes, más allá de lo que salga en las redes sociales. Los medios de comunicación potencian mucho más las imágenes. La diferencia está en el tratamiento que el artista da a la imagen. Cada uno hace denuncia social desde su ámbito, ni mejor ni peor.

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