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Los bajos salarios y los altos impuestos complican la recuperación de Asturias

Los sociólogos José Manuel Parrilla y Jacobo Blanco urgen a fijar una estrategia de adaptación a largo plazo y a repensar un Estado benefactor inasumible

Los bajos salarios y los altos impuestos complican la recuperación de Asturias IRMA COLLÍN

Asturias está entre las comunidades autónomas en las que más se ha disparado la pobreza con la crisis. Así de rotundo es el último informe de la fundación Foessa, de Cáritas, titulado "Expulsión social y recuperación económica". Expertos sociólogos coinciden en las tesis: el origen es el elevado paro, que además es de larga duración, y la escasa creación de empleo. Las soluciones pasan por adaptar el tejido productivo a las exigencias actuales del mundo globalizado y repensar y actualizar el estado de bienestar y las ayudas sociales.

El estudio analiza el riesgo de pobreza utilizando el umbral anclado, es decir, toma como referencia la renta media en el año 2009 y la compara con la de 2014, de tal manera que se puede analizar el impacto de la recesión y crisis económica en los hogares.

Con este sistema se visualiza que el Principado se ha situado a la cabeza, junto con La Rioja y Aragón, de las comunidades autónomas con mayor aumento del índice de pobreza. También en el incremento de hogares sin ingresos, junto con Navarra y Galicia. Y como consecuencia de todo ello, también se han dado en la región las mayores caídas de las rentas más bajas, como en Andalucía y Castilla-La Mancha.

El doctor en Sociología e investigador José Manuel Parrilla explicó que el método utilizado por la fundación Foessa permite ver que la renta media en Asturias ha caído de 18.561 euros a 16.227, y que si el umbral de pobreza se consideraba que estaba en 8.877 euros, ahora se ha situado por debajo de los 8.000.

"La pobreza aumentaba en unas tasas que parecían asumibles si la comparación se hacía con el año anterior, pero al utilizar el umbral anclado en 2009 vemos que cae casi el 30 por ciento en Asturias", afirmó. Esto hace que si la tasa de pobreza es relativa, los procesos de exclusión, sin embargo, son significativos. Esto está motivado porque las rentas medias han empeorado mucho, pero las más bajas lo han hecho mucho más. A eso hay que unir los recortes y ajustes económicos. El sociólogo asegura que "la estructura económica adolece de sectores poco avanzados" y esto provoca que cuando estalla la burbuja, como ocurrió con la construcción, la pérdida de empleo es enorme. Y es esa propia estructura económica la que provoca que "cuando las cosas van mal, el sistema se viene abajo rápidamente, pero cuando mejora no se crece al mismo ritmo que se ha caído".

Jacobo Blanco, decano del Colegio de Sociólogos y Politólogos de Asturias, también centró en el empleo, o mejor dicho en el desempleo, las causas del incremento de la pobreza en la región. "Se destruye más empleo que en otras regiones porque el tejido productivo es más débil. La industria ha realizado fuertes recortes para ganar en productividad, la minería apenas existe, la construcción se ha venido abajo... Se ha destruido más empleo en los sectores tradicionales y crecemos menos en la creación de los modernos".

Además, se han destruido muchos puestos de trabajo no cualificados, que han provocado un enorme paro de larga duración, y la falta de trabajo también ha afectado a los profesionales medios y altos, porque se crean menos puestos que en el resto del país. "Esto provoca que los que tienen poca cualificación, que vienes a ser el 30 por ciento de los parados, no tengan acceso al mercado de trabajo, y los que la tienen sufren enormes dificultades para volver a él y mantenerse, y lo hacen además con salarios más bajos", explicó el sociólogo. Por si fuera poco, aproximadamente el 20 por ciento de los ocupados pertenecen al sector público, que ha sufrido también un recorte en sus sueldos.

"La desigualdad no es tan elevada como en otras regiones porque las rentas han bajado en todos los niveles, pero aumenta de manera notable el riesgo de exclusión", afirmó Blanco.

El problema, coinciden ambos expertos, es que no se consigue transformar el tejido productivo, pero a la vez queremos mantener un estado de bienestar social que cuesta mucho dinero y aumenta la deuda.

Esta situación es la que provoca que los expertos apuesten por un cambio de estrategia con una política que mire a medio y largo plazo, "y no a corto para salir del paso".

"No conseguimos transformar el tejido productivo y para salir de la situación actual exigimos un estado de bienestar que sin ingresos no se puede mantener. Como no hay trabajo, se genera deuda, por eso hay que subir los impuestos y Asturias está también a la cabeza en ese ámbito. La baja ocupación, los salarios bajos, la baja natalidad y los altos impuestos hacen que las expectativas de mejora sean mínimas", aseguró Jacobo Blanco.

José Manuel Parrilla, por su parte, apostó también por "redefinir las políticas sociales y responsabilizar a la sociedad. El modelo social y económico debe ser integrador", afirmó. Por eso, advirtió de que "el sistema productivo tiene debilidades muy importantes y confiar en que saldremos de la crisis con modelos pasados es ilusorio e ineficaz". Pero además, es necesario "redefinir las políticas sociales. Hay que replantearse el salario social para mejorarlo".

En este sentido advirtió de que "la clase media se da cuenta ahora de que no era tan clase media y de la importancia de los impuestos para sostener la educación, la sanidad, los servicios sociales y las políticas redistributivas". Pero dicho esto, señaló que "es fundamental adoptar un mecanismo de renta básica o compensación con impuestos negativos que permita un uso de medidas más redistributivas".

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