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IGNACIO CEMBRERO | Periodista, presenta en Oviedo "La España de Alá", donde detalla la existencia de 30.000 focos conflictivos, 200 de ellos en Asturias

"Para un lobo solitario es más fácil cometer una matanza en EE UU que en Europa"

"A los islamistas les encantaría poner bombas en discotecas frecuentadas por soldados americanos; pero, tranquilos, Oviedo no figura en esa lista"

Ignacio Cembrero. MOEH ATITAR

Ignacio Cembrero, que durante muchos años fue corresponsal de "El País" en Oriente Medio y el Magreb, gran conocedor del mundo musulmán, ha publicado recientemente "La España de Alá", en la que disecciona la creciente presencia islámica y los riesgos de radicalización -incluye un mapa "secreto" de Interior que desvela 30.000 focos conflictivos, más de 200 en Asturias-, pero considera la inmigración más como una oportunidad que como un problema, aunque admite que debe encauzarse. Los últimos atentados, indica, son un fenómeno de imitación. "Un 'lobo solitario' lo tienen más fácil en Estados Unidos que en Europa, donde hay un mayor control de las armas", cree. El periodista y escritor, que ofrecerá una conferencia este lunes, a las siete y media de la tarde, en el Salón de Actos de la Biblioteca del Fontán, en Oviedo, en un acto organizado por Tribuna Ciudadana, apunta que "el mayor riesgo de radicalización está en Cataluña, si se deja de lado Ceuta y Melilla", pero el fenómeno es menos preocupante que en Francia o Bélgica, porque "hay poca segunda generación de inmigrantes, y ninguna tercera generación".

-Hay una ola de "lobos solitarios".

-A las 24 horas de la masacre de Orlando, otro lobo solitario mató a dos policías a cuchilladas en París. El de Orlando mató a 49 con un arma semiautomática de asalto, un AR15. Hay que llegar a la conclusión de que un "lobo solitario" lo tiene más fácil para cometer una matanza en Estados Unidos que en Europa. El de Orlando lo tuvo más fácil para comprar un arma en una tienda , incluso después de ser interrogado por el FBI. En Europa es más difícil, porque hay un mayor control de armas. Necesita unas complicidades para llegar a cumplir su objetivo.

-¿Cómo puede explicarse?

-En primer lugar estamos ante un fenómeno de imitación, de emular lo que hacen otros. Tiene también que ver con el hecho de que el Estado Islámico está perdiendo terreno tanto en Irak y Siria como en Libia, y en las próximos meses puede ser incluso derrotado militarmente. Hay un proceso de radicalización que tiene su origen en un problema de identidad. Si hablas con los jóvenes hijos de inmigrantes te dicen: "Yo no soy de aquí, ni soy de allí. No hablo el idioma de mis padres". Y las jóvenes: "Me miran raro por llevar el pañuelo, o porque no bajo al comedor del instituto durante Ramadán". Notan además que no se les acepta. Y dice: "¿Qué me queda? Mi religión". Y entonces puede cruzarse una versión extraviada de esa religión que lleva a la radicalización.

-La población musulmana en España no deja de crecer. Dice que no le asusta el fenómeno.

-No me importa, no será un problema, a condición de que se sepa encauzar ese fenómeno. Europa no siempre ha sabido hacerlo. La emigración es una oportunidad. Tenemos un continente envejecido, y nuestro país es el más envejecido de Europa, con 1,3 hijos por pareja, la tasa de natalidad más baja del mundo. Vamos a necesitar sangre joven, incluso para transfusiones. No solo no tenemos niños sino que se nos van los jóvenes fuera. La inmigración puede solucionar el problema. Y aquellos que están más cerca son los musulmanes.

-Pero, ¿no se corre el riesgo de que, con esa inmigración, se cuele algún yihadista?

-No digo que no pueda venir camuflado algún extremista, pero los inmigrantes considera esto un paraíso, comparado con las situaciones de guerra de las que tratan de huir. Solo buscan un lugar donde construir su vida y labrar un futuro para sus hijos. De cualquier modo, en España no hay un riesgo tan claro como en otros países de Europa, como Francia o Bélgica. Aquí hay muy poca segunda generación de inmigrantes y ninguna tercera generación. El mayor riesgo de radicalización está en Cataluña, si dejamos aparte Ceuta y Melilla.

-Muchos se han marchado a combatir.

-Hay 160 personas que se han ido a pegar tiros a Irak, Siria, Mali... Pero muchos menos que en otro países, como Francia o Bélgica, país éste donde existe proporcionalmente una población musulmana reducida. No me atrevo a predecir el futuro, pero hemos hecho bien las cosas. La sociedad en su conjunto y las fuerzas de seguridad tienen que estar alertas y vigilantes. Hay un caldo de cultivo sobre todo en Cataluña, donde los jóvenes musulmanes no tienen salidas, no trabajan, y tienen mucho tiempo libre para navegar por internet y hacer hallazgos indeseados. Pero desde 2004 no ha ocurrido nada, no se ha producido ningún ataque más, y el nivel de xenofobia es muy bajo. El peligro que acecha a España está por ahora fuera, fundamentalmente en el norte de África, y no dentro, aunque hay que seguir atentos, sobre todo al avance del Estado Islámico en Libia.

-En su libro desvela el mapa "secreto" de la radicalización en España, con 30.000 focos, más de 200 en Asturias. ¿De qué hablamos?

-Se trata de personas o lugares, como locutorios, carnicerías halal, domicilios donde se puede producir un proceso de radicalización y que exigen que las fuerzas de seguridad estén atentas. Se concentran sobre todo en el Levante, Cataluña, Murcia, Valencia en menor medida. Hay 300 y pico personas vigiladas estrechamente, casi las 24 horas, pero no hay medios para vigilar a 30.000.

-Luego hay riesgo.

-No es verdad que se pueda producir un ataque en cualquier sitio. Los terroristas buscan algo muy efectivo, como París, como Brasil durante las Olimpiadas. Las fuerzas de seguridad realizan evaluaciones periódicas. Hay tres ciudades en cabeza, que son París, Londres y Bruselas. En la lista hay ciento y pico ciudades y las españolas están a la cola. Primero Barcelona, y luego Cádiz, porque allí está la base de Rota, y a muchos islamistas les encantaría poner bombas en las discotecas que frecuentan los soldados americanos. Pero tranquilos, Oviedo no figura en esa lista. Los yihadistas llevan mucho tiempo soñando con un atentado de armas químicas o un envenenamiento de fuentes de agua.

-En su libro también se fija en el fenómeno de los conversos que se hacen radicales.

-En España hay unos 20.000. Antes procedían mayoritariamente de la izquierda, pero ahora la mayoría son jóvenes con vidas desestructuradas que abrazan la religión, algunos de forma radical, como forma de luchar contra la globalización. Hay pequeños delincuentes, que han traficado con drogas, que están buscando y buscando y un día se tropiezan con el Islam, y algunos se hacen radicales. Las cárceles son a veces el escenario de esa conversión, que algunos ven como una redención.

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