El mayor examen de oposición a profesores de Secundaria en el Principado concluyó ayer con una aspirante con excusa por parto, un robo en un aula y unos cuantos candidatos cabreados tras anularse el avión que debía trasladarles desde Málaga a Asturias. Hubo quienes salvaron la dificultad conduciendo durante toda la noche e incluso compartiendo taxi. Lo que sea con tal de optar a una de las 418 plazas de docente a las que concurrían más de 8.000 personas. Los nervios y la tensión estaban esta vez del lado de los profesores.

Los había que tenían que estar en Asturias a las nueve de la mañana, pero el trayecto aéreo desde Málaga se volvió infranqueable. Algunos de los opositores afectados por la cancelación del vuelo de la compañía Vueling pedirán hoy en la Consejería de Educación alguna alternativa a una situación que les deja en fuera de juego laboral. El retraso, aunque sea por fuerza mayor y con justificación, no se contempla como causa que permita a la persona afectada una segunda oportunidad.

El vuelo de Vueling desde Málaga tenía prevista su salida a las nueve de anteanoche, con llegada al aeropuerto de Asturias una hora y media después. En la expedición había opositores de Secundaria con distintos perfiles: andaluces que querían probar suerte en Asturias, y asturianos que se habían presentado a las oposiciones andaluzas el domingo y también tenían opción en su tierra.

La diversidad de fechas de examen entre comunidades permitía esa jugada doble, pero nadie contaba con las cancelaciones de vuelos. Los afectados presentaron una reclamación a la compañía aérea, que los alojó unas horas en un hotel y les facilitó un vuelo a las ocho de la mañana de ayer. Eran una decena los docentes que llegaron a Asturias después de ese segundo llamamiento de los tribunales que les imposibilitaba concurrir a las pruebas.

"Desde primeras horas de la mañana nos pusimos en contacto con la Consejería de Educación. Allí nos dijeron que los tribunales de oposición tenían potestad para decidir, pero a mi ya no me dejaron hacer el examen a pesar de que llevaba un documento con sello de la compañía aérea justificando el retraso", explicaba ayer una de las aspirantes.

Cuando a las diez de anteanoche Vueling confirmó que no había vuelo, hubo reacciones para todos los gustos. Algún aspirante andaluz se marchó directamente para casa, tras presentar la reclamación. Entre los asturianos, muchas variables. Una, esperar al primer avión disponible y la comprensión de las autoridades educativas asturianas. Otros, tomar el coche y lanzarse, carretera arriba, conduciendo toda la noche.

"Era una pareja que supongo que llegó a las pruebas a firmar y poco más, porque es imposible hacer un buen examen después de estar conduciendo durante horas de madrugada", señala otra de las profesoras afectadas.

"Hasta se llegó a contratar un taxi" desde Málaga a Asturias por parte de cuatro afectados por el parón aéreo. Había distintas versiones sobre el precio: la más modesta lo cifraba en 800 euros. ¿Ida y vuelta? Demasiado barato para ser verdad.

"Te estás jugando un puesto de trabajo y cancelan los vuelos sin dar explicaciones. Y ahora quién resarce el que no se llegue a tiempo para las oposiciones", se preguntaba ayer una de las afectadas.

A última hora de la mañana el consejero Genaro Alonso destacaba la "absoluta normalidad" de la jornada, con dos excepciones casi a modo de anécdota. La primera fue un robo nocturno en las instalaciones del IES de Piedras Blancas, sede de uno de los tribunales. "Comprobamos que los sobres lacrados estaban inalterados" y que el hurto nada tenía que ver con las oposiciones, por lo que las pruebas de Instalaciones Electrotécnicas pudieron celebrarse.

A una aspirante a plaza en la asignatura de Biología y Geología le sobrevino el parto horas antes de la prueba. "Se da por justificada la ausencia y el examen se le hará otro día", señaló el consejero Alonso.