Desde San Juan de Villapañada, en el concejo de Las Regueras, hasta Salas hay una distancia de 20.100 metros con paisajes tan diversos como la media montaña del collado del Fresno a la orilla misma del Narcea en Cornellana, una de las capitales salmoneras del Principado.

La subida hasta la ermita de la Virgen del Fresno no es larga, apenas unos dos kilómetros y un desnivel de 135 metros, y tiene la ventaja de que esta dificultad aparece a las primeras de cambio, al inicio mismo de la etapa.

La segunda etapa del Camino Primitivo queda desmenuzada con todo lujo de detalles en la nueva entrega de la colección Caminos del Norte, que llegará mañana a los kioskos junto a LA NUEVA ESPAÑA. Caminos del Norte inició su andadura el pasado domingo con una excepcional acogida entre los lectores. Era el comienzo de un proyecto editorial que recorrerá durante 24 semanas el Camino de Santiago por el interior, desde Oviedo; el Camino de la Costa, del Deva al Eo, y el Camino del Salvador, que une León y Asturias.

La pasada semana la primera entrega de Caminos del Norte unió Oviedo, a pie de Catedral, con San Juan de Villapañada. Etapa larga de más de 30 kilómetros. Lo que los lectores de LA NUEVA ESPAÑA encontrarán mañana es el desarrollo al detalle de una etapa más suave, más corta, para disfrutar del paisaje y con más de la mitad del recorrido sin cambio apenas de altitud.

Iniciamos la ruta a 250 metros sobre el nivel del mar y la acabamos en Salas a unos 220. En medio, el santuario de Nuestra Señora del Fresno, el puente de La Meredal, de los siglos XVII y XVIII, el pequeño pueblo de San Marcelo, que guarda un conjunto etnográfico muy bien conservado, o la iglesia de Santa Eulalia de Doriga, localidad que también tiene palacio.

Entre Doriga y Cornellana hay unos dos kilómetros de senda descendente. Sorprende al caminante la monumentalidad del monasterio de San Salvador. Fue uno de los centros monacales más importantes de Asturias, de la orden de Cluny; monumento nacional a la espera de que concluyan las urgentes obras pendientes de rehabilitación.

Merece la pena parar en Cornellana, con el sonido de fondo de las aguas del Narcea. En una de las alas del monasterio hay un albergue de peregrinos. Antes ya habíamos dejado dos, que en esto de los ritmos senderistas cada cual tiene el suyo y hay posibilidades diferentes de pernocta.

El albergue de peregrinos de Cabruñana abre en el alto del mismo nombre, ya en el concejo de Grado. Kilómetros más allá hay oferta de camas en Ca Pacita, en Doriga, un bar tienda de los de toda la vida. Y, por supuesto, el albergue de Salas al final del camino, junto al albergue de Miguel y la oferta hotelera de la villa. Impresionante su Colegiata, con el mausoleo de Valdés Salas, fundador de la Universidad de Oviedo. Lleva firma noble, Pompeyo Leoni.

Rubén García, pamplonés, periodista freelance, conoce bien el Camino Primitivo, el que le atrapó en su sana obsesión por las rutas jacobeas. Lo hizo en 2006 y lo ha vuelto a recorrer ahora, actualizando hasta el último dato, para esta colección de LA NUEVA ESPAÑA. Lleva editadas trece guías del Camino de Santiago pero reconoce que el Camino Primitivo es especial, aún alejado de la presión turística y con unos paisajes abrumadores.

Una referencia natural: el bosque de hoja caduca muy cerca del pueblo de Sobrerriba. Los autores lo tienen claro: "es el tramo más bello de la jornada".

La información sobre el patrimonio cultural, paisajístico y etnográfico la aporta el geógrafo asturiano Toño Huerta. En esta segunda entrega Huerta habla de lo que "no te puedes perder".

El ya referido monasterio de San Salvador de Cornellana. Las fotos a todo color de Marcelo Suárez, fotógrafo y diseñador, nos remiten al clima monacal que pervive en Cornellana, con su claustro empedrado, su torre con orígenes en el siglo X y la iglesia.

El edificio original del santuario de Nuestra Señora del Fresno data del siglo XVI aunque buena parte de lo que hoy vemos es consecuencia de las reformas del siglo XVIII. El santuario está vinculado a las peregrinaciones y allí se celebra una sonora fiesta cada 28 de septiembre.

El Museo Prerrománico de San Martín de Salas es uno de esos grandes desconocidos. Está instalado en la torre del palacio de los Valdés Salas, y Toño Huerta destaca de él "el valioso conjunto de talla prerrománica procedente de la iglesia de San Martín", de los siglos IX y X.

Para el que llegue a Salas no excesivamente cansado o haga el camino por etapas intermitentes y se lo tome con más calma, los autores sugieren la subida a El Viso, hasta la ermita que vive su día grande el 15 de agosto. Cuatro kilómetros para ir y otros tantos para volver, con dificultad media y unas dos horas y cuarto de caminata. Los que quieran ir un poco más allá de la ermita, el Pico de El Viso (682 metros) ofrece unas espléndidas vistas del concejo.