Luis Blanco Junquera (1957) ingresó en la ya extinta Feve en 1983 y hoy es el presidente del comité de empresa del Grupo Renfe en la región. Asegura que la situación de las líneas de vía estrecha es "caótica" y reclama una movilización política y social para salvar al tren de ancho métrico de Asturias.
-La antigua Feve es noticia por sus cancelaciones y retrasos ¿Cuál es la situación actual de la red de ancho métrico de Renfe?
-Podríamos definirla como caótica y de deterioro permanente, con retrasos y supresiones diarias de circulaciones, tanto por averías en el material como por falta de maquinistas para realizar los diferentes turnos de trabajo. Esta situación nos está provocando una pérdida de viajeros muy importante, por la escasa fiabilidad que ofrecemos, ya que lo que debería de ser una excepcionalidad, como es la supresión de un servicio, lamentablemente es la norma.
-¿Cómo se ha llegado a esto?
-Por falta de planificación, gestión e inversión adecuada en el material motor, que no tiene la fiabilidad que debería tener. El parque móvil es demasiado viejo y obsoleto, y las últimas series adquiridas entre los años 2009 y 2011 no han dado el resultado esperado. También hay que hacer mención a unas mallas de trenes muy ajustadas y a la infraestructura de vía y sus limitaciones, así como a la falta de personal. Todo ello provoca la situación en la que nos encontramos.
-Tal parece que haya una estrategia diseñada para acabar con las cercanías de vía estrecha en la región. ¿Es así?
-Todo da a entender que sí. De lo contrario, nunca deberíamos de haber llegado a esta situación, en la cual un día tras otro el ferrocarril concentra titulares de prensa con repercusiones negativas en cuanto a imagen como servicio público de transporte. Y esto pasa por nuestro deficiente servicio. Es algo que debería explicar la actual dirección, ya que todo indica que no le importa nada que se supriman servicios, sino todo lo contrario: cuanto peor mejor.
-¿Qué se puede hacer para remontar la situación?
-Para mejorar la red de cercanías de ancho métrico en Asturias, hacen falta inversiones tanto en la infraestructura -mejorando los trazados y poniendo vía doble- para poder mejorar los tiempos de marcha de los trenes¬ como en el material motor. Y eso pasa por adquirir nuevas unidades y tender a su unificación. Luego, evidentemente, hay que disponer del personal necesario para realizar los servicios, para llevar los trenes y para su adecuado mantenimiento.
-¿Pero tienen futuro las cercanías de vía estrecha?
-En el área central de Asturias, si queremos tejer una buena red de cercanías, la vía estrecha es fundamental e imprescindible. Y no es porque lo diga yo, lo dicen diferentes estudios que hay realizados a tal efecto, ya que unimos poblaciones muy importantes como son Avilés con Candás y Gijón, Pravia con Grado, Oviedo con Gijón, la cuenca del Nalón con Gijón, Infiesto con Nava, y Pola de Siero con Oviedo y Gijón, además de la cuenca del Caudal. Por lo tanto, las cercanías de vía estrecha van a tener el futuro que los gobiernos de turno quieran que tenga. Quiero recordar que en el año 2005 llegamos a transportar casi cinco millones de viajeros. Hoy caminamos en sentido contrario.
-¿Cómo valora la actitud de los partidos políticos asturianos ante este desmantelamiento ferroviario?
-A esta situación hemos llegado por la gestión del Ministerio de Fomento y de las empresas ferroviarias que ostentaron la titularidad de las líneas, pero también por la permisividad y falta de exigencia de nuestros Gobiernos regionales y de los diferentes partidos políticos, que no han hecho lo suficiente para evitarlo. No es normal lo que está pasando en Asturias, donde no ha habido una inversión potente desde el Ministerio de Fomento para dotar al área central de una buena red de cercanías para la movilidad de los ciudadanos. Ha existido una clara discriminación si nos comparamos con otras regiones. Entiendo que aún estamos a tiempo de que Asturias y sus partidos políticos acuerden un gran pacto para defender y exigir unas buenas cercanías para nuestra área central. En definitiva, para que defiendan el ferrocarril como un modo de transporte esencial dentro del plan de movilidad que la región necesita.
-¿Qué opina del plan de vías de Gijón y del traslado de la estación del Humedal a la calle Sanz Crespo?
-Que ha sido un auténtico fiasco y una estafa. No hay derecho a que se haya realizado una obra con una inversión de más de 100 millones de euros para penetrar el ferrocarril hasta el campus de Viesques y, posteriormente, al hospital de Cabueñes y que se encuentre paralizada. El ferrocarril ha perdido la centralidad del Humedal y con ello 600.000 viajeros. Asturias y el tren necesitan la puesta en marcha del soterramiento, para volver a llegar al centro de Gijón y a un campus universitario y a un hospital donde se mueven las personas. Esa es la función de un transporte público: dar servicio a los ciudadanos y llegar a donde está la gente. Este proyecto revitalizaría las cercanías, sin duda.
-¿Ha llegado el momento de una gran movilización en defensa del tren en Asturias?
-Los ferroviarios creemos que sí. No podemos permitir por más tiempo que Asturias no disponga del ferrocarril que se merece. Debemos de exigir al gobierno central un compromiso claro de inversión en nuestra red de cercanías y que se termine la Variante de Pajares. Y lo tenemos que hacer sin ningún tipo de banderas. Todos juntos, partidos políticos, sindicatos y la sociedad asturiana en general. Estoy convencido de que sólo así podemos lograr algo.
-¿Cuándo habrá que renovar la Obligación de Servicio Público de las cercanías? ¿Corre riesgo alguna línea de no cumplir los requisitos?
-Estamos expectantes y preocupados. Sería la puntilla a nuestra red de cercanías de ancho métrico. Esperamos que sigan manteniéndose como Obligación de Servicio Público todas las líneas de Asturias.
