Con la llegada del verano y el consiguiente descenso del caudal de los ríos, es habitual que los salmones se dejen ver con mayor facilidad. A estas alturas de temporada en el río se juntan los peces que llevan tiempo en agua dulce con aquellos otros que acaban de llegar del mar.
Es frecuente ver salmones cebarse, o bañarse como también se denomina en el argot de los aficionados a la pesca. Tanto en corrientes y espumeros como en aguas paradas, los salmones suben a la superficie, asoman la cabeza, posteriormente el lomo y la cola, para regresar de nuevo a su lugar de descanso. Si se trata de un buen ejemplar, dejará ver durante unos breves instantes su gran porte.
Este comportamiento de los salmones delata su presencia, indicando a los pescadores donde deben presentar sus moscas. Comportamiento también típico de peces frescos que, como todos los aficionados saben, son los que mejor aceptan sus engaños.
