En septiembre volverá a su puesto de profesor de educación especial, en el colegio público de la Ería (Oviedo). Manuel González Orviz dejará el cargo de coordinador general de IU de Asturias un mes después, en la asamblea regional, pero mantendrá la militancia porque, dice, "no entiendo la vida sin compromiso político y social".
-¿Su marcha es una decisión prevista o forzada por los resultados del 26-J?
-Se ha producido en un período preasambleario, pospuesto por las elecciones. En ese contexto he anunciado mi voluntad de no presentarme, que ya conocían mis más íntimos colaboradores. Desde el principio supe que este puesto tenía fecha de caducidad.
-¿Se va con la decepción de no recuperar para IU el escaño por Asturias en el Congreso?
-Lo ideal sería que IU tuviese un diputado por Asturias pero las condiciones que se acordaron, el tercer puesto de la lista, obligaban a ganar las elecciones para lograr esa acta. Tuvimos un buen resultado pero inferior a las expectativas.
-A unos días de las elecciones se veían a mil votos del PP. ¿Qué falló?
-Fallaron los indicadores que teníamos, pero no sólo a nosotros, a todo el mundo. Lo que podríamos vender como un avance, con 71 diputados, se frustra porque nos marcamos como expectativa ganar al PP y superar al PSOE para, con éstos, gobernar el país. Quizá por nuestras expectativas, otros que han perdido diputados venden ahora un éxito electoral. No nos valía clasificarnos para la Champions, queríamos jugar la final y nos hemos quedado en semifinales.
-¿En la negociación de la coalición hubo entreguismo de Alberto Garzón y soberbia de Podemos?
-Esos análisis de lo que pudo haber sido y no fue no tienen mucho sentido. Si se apuesta por acuerdos de las fuerzas de izquierda, el cambio pasa por saber las razones por las que los ciudadanos no fueron a votar y tratar de ser más eficaces en el futuro.
-¿La alianza desmovilizó al electorado tradicional de IU?
-Creo que se quedaron en casa votantes de IU y de Podemos por motivos distintos. Decíamos que la suma de ambos iba a multiplicar y, al final, no conseguimos siquiera sumar. Hace falta una reflexión colectiva. Sería un error empezar a poner responsabilidades en uno y otro saco cuando fueron compartidas por acción ú omisión.
-¿Los resultados del 26-J dejan tocada la confluencia o es un proceso irreversible?
-Hay que sumar esfuerzos. Las fuerzas de izquierda y cambio necesitamos ganar la confianza de la ciudadanía. Enfrente tenemos un poderoso adversario al que le unen los intereses de los beneficios y los dividendos.
-¿El 26-J provocará cambios en la política asturiana?
-No lo sé. Estaría bien que todos reflexionemos en el seno de la izquierda alternativa para concertar más su acción política y no aparecer coaligados sólo en las elecciones. Pero el cambio no se consigue con sólo 14 de los 45 diputados regionales. Deseo que el pacto de las fuerzas progresistas fragüe y que sirva para hacer lo que se dice; si no es para eso, entonces mejor que no se haga.
