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Las diez estaciones del "vía crucis" de Feve

La nefasta gestión en la época de bonanza y los recortes durante la crisis llevaron al descarrilamiento del tren de vía estrecha

Un tren de Feve, en Moreda (Aller). L. BLANCO

Una nefasta gestión política durante las "vacas gordas", en la que proliferaron los proyectos faraónicos que acabaron en nada y se dejó de lado la mejora de los trazados y del parque móvil, unida a los recortes durante la crisis para dar prioridad al desarrollo del AVE. Esta es la mezcla letal que ha colapsado el tren de Feve, tras pasar por diez estaciones de un peculiar "vía crucis".

En marcha. Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha (Feve) nació en 1965 de la nacionalización de las empresas de tren de ancho ibérico. En Asturias fueron los Ferrocarriles Económicos, la Sociedad Vasco Asturiana, el Ferrocarril de Langreo y el de Carreño.

Del lujo al luto. La vía estrecha logró una gran implantación en Asturias, donde tiene 474 de sus 1.192 kilómetros. En su trayectoria hay un poco de todo. Desde acontecimientos como el Transcantábrico hasta jornadas negras como la del accidente en Vega de Anzo de 1993, con 12 fallecidos.

Por la vía de la política. La dirección de Feve siempre tuvo un perfil mucho más político que técnico. Y ese ha sido un factor determinante en el final de la compañía. A su frente han menudeado los dirigentes vascos. No hubo presidentes asturianos, pese a que la mayor red está en la región.

Tiempo de escándalos. Siempre estuvieron más o menos presentes en Feve. La palma se la llevaron Gonzalo Martín Baranda (1990-1995), fulminado por el ministro José Borrell, y el leonés Ángel Villalba, amigo personal de Zapatero, que protagonizó operaciones tan controvertidas como la compra de unas oficinas para el Transcantábrico por encima de lo tasado.

El "Fabiolo" y otras ocurrencias. En la época de bonanza, Feve tiró la casa por la ventana. Pero no para la mejora del parque móvil y los trazados, sino para proyectos inservibles. Ahí están el tranvía de hidrógeno ("Fabiolo"), el "tren solar de La Robla", el proyecto para poner los trenes a 160 por hora por la Cornisa o el "tercer hilo" en el puerto de Pajares.

El patrimonio perdido. Mientras se definían esos proyectos y se iniciaba una imparable "sangría" de pasajeros, Feve sufrió un expolio patrimonial. Se quedó sin las estaciones del Vasco y de Económicos, y sin los talleres de Santo Domingo. Todo en Oviedo.

La quiebra. La empresa llegó a acumular una deuda de 600 millones, con números rojos anuales de 147 millones. Además, perdió 2,5 millones de usuarios en 10 años.

La integración. El Gobierno de Rajoy decidió la integración de Feve en Renfe y en el Adif. Se hizo oficial el 1 de enero de 2013.

El colapso. Con problemas de falta de personal y maquinaria, la antigua Feve no está siendo capaz de garantizar el servicio. En los últimos días, Renfe ha cancelado decenas de trenes de vía estrecha.

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