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Riesgo de corte en la Autovía del Cantábrico en Valdés a causa de un talud

Los geólogos alertan de la inestabilidad del terreno | El terraplén amenaza con argayar a la altura de Querúas

Los riesgos de argayos sobre las calzadas de las vías asturianas de alta capacidad no se circunscriben a la Autovía Minera (AS-I) a su paso por los concejos de Siero, Langreo y Gijón. Los geólogos advierten de que un talud inestable ubicado en las inmediaciones de la localidad valdesana de Querúas amenaza con venirse abajo, afectando de lleno al paso de la Autovía del Cantábrico (A-8) por este enclave. "La ladera se está moviendo y presenta varias grietas de importancia. El riesgo es evidente. Si llueve mucho lo más probable es que caiga sobre la carretera", advierte un geólogo asturiano que conoce bien la zona y que tiene amplia experiencia en la obra pública.

Este talud se localiza en el margen derecho de la autopista, en los carriles en dirección al centro de la región, muy cerca de la salida que lleva a Busto y a Querúas por la antigua carretera nacional. Su escasa estabilidad se hace patente en las grandes grietas que son perfectamente visibles desde la vía y que, según los geólogos consultados, van a más: "Es evidente que están creciendo. Es algo que se ve a simple vista. Lo más normal es que, en el caso de que no se actúe antes, acabe cayendo parte de la ladera sobre la autopista", subraya uno de estos profesionales.

El departamento de Geología de la Universidad de Oviedo tiene una base de datos sobre los argayos localizados en la región en las últimas décadas. María José Domínguez es su responsable y la mayor parte de las informaciones que recaba proceden de las hemerotecas y de los medios de comunicación, así como de las alertas enviadas por la ciudadanía a través de la página web del departamento y de una aplicación específica para teléfonos móvil del sistema "android".

Enlace de Riaño

Junto a este talud de la Transcantábrica en Valdés, otro punto de riesgo por derrumbes está en la Autovía Minera, concretamente en el concejo de Langreo. Tal y como informó LA NUEVA ESPAÑA, el departamento de Geología de la Universidad de Oviedo ha alertado a la Consejería de Infraestructuras del peligro por desprendimientos de piedras y rocas que supone la inestabilidad detectada en una ladera situada en el entorno del enlace de Riaño de la AS-I.

Lo cierto es que la vía entre Gijón y Mieres está salpicada de taludes en los que los deslizamientos del terreno amenazan con provocar argayos, si es que no lo han hecho ya. Es el caso, por ejemplo, del emboquille del túnel de Picaplana o del viaducto de La Riega, ambos en el concejo de Siero. El riesgo de desprendimientos de la calzada ha obligado a la Consejería de Infraestructuras a llevar a cabo actuaciones urgentes de contención en los dos enclaves.

María José Domínguez, doctora en Geología por la Universidad de Oviedo, sostiene que en la construcción de autovías siempre es preferible "evitar los terrenos inestables", pero en el caso de que no sea posible pasar por otro lugar, afirma que la mejor forma de evitar desprendimientos es construir los taludes con una pendiente y con una geometría general que esté "correctamente adaptada para garantizar que la ladera no se mueva".

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