Román Herrero presume de ser del barrio de Santa Catalina, en Cangas del Narcea. Gran defensor de los ríos y de sus habitantes, es un apasionado de la pesca de truchas y salmones.

Aunque reconoce que su afición por la pesca del rey del río es tardía, ya que apenas lleva 16 años pescando salmones, no impide que sienta una tremenda admiración por esta especie. Se ha marcado como objetivo recuperar las poblaciones del río Narcea, especialmente las de su zona alta, desde hace años en decadencia.

-¿Qué opina de la situación actual del Narcea?

-Tengo la esperanza de que va a revertir en el futuro, ya que a partir de 2009 se dejaron de sacar salmones para desovar. Eso es bueno para que el río se recupere de forma natural. El año pasado en el recuento de la zona alta, de Villanueva a la presa, había unos 43 salmones, que no es gran cosa, pero si un buen indicativo. La recuperación del Narcea pasa porque haya reproductores en el Pigüeña.

-¿Y sobre el actual modelo de gestión?

-Creo que es un error quitar a la gente del río pensando que así se protegen los salmones. Después de dos días de parciales y dos de veda, los viernes se pescan los peces que no han salido esas cuatro jornadas, con lo cual no se está consiguiendo nada. Los fines de semana, especialmente con el río corto, es cuando sale el mayor número de salmones. En las jornadas que se hicieron hace años en Soto del Barco se habló que cada río debería tener su propio modelo de gestión, no puede ser que el Eo y el Esva tengan la misma normativa que Narcea, Sella o Cares.

-¿Qué debería cambiar?

-Habría que proteger los salmones grandes, ahora mismo no deberíamos matar un salmón mayor de siete kilos, son los mejores reproductores. También habría que habilitar los lunes para pescar, mejorar la zonificación del río, dejar alguna zona libre en el tramo medio y, principalmente, hacer cotos en la parte baja. En el Narcea si sumas las zonas libres sin muerte, el coto sin muerte de La Figal y los vedados de Mestas hacia arriba, queda muy poco río donde pescar. Está claro que zonas de protección hay, y no pocas, pero los salmones no terminan de remontar como deberían. Estas medidas deben de ir acompañadas de vigilancia, depuración de las aguas, acondicionamiento de orillas, control de predadores, etc.

-¿Como ve las limitaciones para aquellos aficionados al cebo o la cucharilla?

- Se debería poder pescar con cebo, con muerte, desde principios de abril hasta mediados de julio. En su defecto, si la normativa sigue como ahora, al menos en los cotos debería estar permitido aunque sea a partir del 15 de junio. Además, desde mediados de junio apenas salen salmones grandes y solo se incidiría sobre los pequeños añales de final de temporada. Ahora bien, habría que confiar en la responsabilidad de cada pescador.

-¿Qué opinión le merece el cupo de cuatro salmones?

- No soy partidario del cupo, es una medida ilógica, no son muchos los pescadores que sacan los cuatro salmones. Hay aficionados que van mucho al río y todavía no se han estrenado. La norma parece que está puesta porque todo el mundo va a sacar esos cuatro peces, y no es así. También creo que los cotos deberían estar al margen de los cupos personales.

-¿Cómo dirigente de un colectivo de pescadores, como se siente frente a la Administración?

-Llevo acudiendo seis años al Consejo de Pesca. Como todos sabemos es meramente consultivo, pero enseguida te das cuenta que si quieren cambiar algo, ya lo tienen decidido. Se escudan en las asociaciones para lo que les interesa, pero las decisiones las toman ellos. Yo acudo con las propuestas de mi colectivo, pero es la Administración quien legisla.

-¿La pesca debería estar gestionada por pescadores?

-Creo que si. Todos los colectivos del consejo queremos que haya más peces, de eso no hay duda, cada uno con sus ideas y con las lógicas discrepancias. La Administración no piensa en los pescadores, aunque sean biólogos o técnicos en medio ambiente, deberían contar más con nuestras ideas y propuestas.

-¿Considera lógica la obligación de tener un centro ictiogénico para ser colaborador?

-En absoluto, nosotros lo hacemos porque no nos queda otra solución. En las Jornadas Técnicas de Soto del Barco que ya mencioné, quedó claro que había que incidir en mejorar el ecosistema, olvidarse del pescador, que ya está muy limitado. Mejorar el hábitat, acondicionar las zonas de freza, desbrozar, etc., y no se hace nada. En Cangas hemos sufrido dos vertidos, de origen desconocido, en zonas de pesca sin muerte, que mataron muchas truchas. También los cormoranes siguen campando a sus anchas.

-¿Es partidario de las repoblaciones?

-Según se están haciendo, no. Deberían de hacerse con rigor. La Administración hizo un plan de gestión de la trucha y otro del salmón y, en ambos, dice que las repoblaciones tienen que desaparecer para dar prioridad al desove natural. El problema es que no tienen estudios, no saben cuántos salmones desovan de forma natural. Según la Administración, los salmones dejaron de acceder a la zona alta por la presión de pesca, pero con las restricciones de los últimos años tampoco llegan. En los conteos que se realizan la mayoría de los peces están en La Figal y en los grandes pozos de la zona baja, donde más presión de pesca hay; en cambio, en Juan Castaño, Llonga, etc., hay muchos menos peces de los que debería.

-¿Fuentes del Narcea quiere ayudar en mejorar esta situación?

-Si, hemos pedido reproductores para desovar en nuestra estación de alevinaje del río Naviego, afluente del Narcea. Algunas huevas las pondríamos en cajas en el río Pigüena, y también soltaríamos alevines en Soto de los Infantes y resto de la zona alta. Con los marcadores genéticos de los reproductores, a los cuatro años haríamos el estudio genético de los peces que se capturen en esta zona alta para ver la efectividad de nuestras repoblaciones.

-¿La Administración está dispuesta a colaborar?

-Parece que si. Nosotros haremos lo que nos dejen. Tenemos capacidad para 50000 huevas, si nos dan reproductores para producir esa cantidad, perfecto. Además, en estos momentos, tenemos una colaboración con el Ayuntamiento de Salas para hacer un centro ictiogénico en el río Nonaya. El Nalón se ha recuperado, y nosotros queremos que nos dejen hacer lo mismo por el Narcea.

Perfil:

Román Herrero Díez, tiene 57 años y es de Cangas del Narcea. Minero prejubilado preside, desde hace siete años, la Sociedad de Pescadores Fuentes del Narcea, cuyo principal objetivo es recuperar la riqueza piscícola de la zona alta del río Narcea.