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"Caso Marea"

Víctor Manuel, de Igrafo, es muy atento

Dos inspectores de Hacienda explicaron las atenciones y liberalidades de la empresa papelera de Oviedo con Renedo, Otero y con Riopedre y su hijo

Víctor Manuel Muñiz. IRMA COLLÍN

Antes, si un hombre le regalaba a una mujer flores, joyas, fiestas de cumpleaños y objetos de decoración se decía que estaba enamorado. Si le regalaba electrodomésticos, lámparas y menaje de cocina, estaba casado. Todo eso le regaló Víctor Manuel Muñiz a María Jesús Otero.

Antes, en el mundo de las relaciones de empresas homologadas para trabajar con la Administración pública se podían hacer todos esos regalos para conseguir más contratos disparando con la pólvora del rey del Presupuesto general del Principado. Así lo hizo el que fue gerente de la empresa Igrafo con la exdirectora general de Planificación, Centros e Infraestructuras de la Consejería de Educación, según informe de Hacienda.

Víctor Manuel Muñiz, gafas discretas, peinado de raya al lado con una onda que aún debe domeñar cada mañana, tiene el pelo cano y el rostro bermellón, luce siempre cazadora de sport con pantalón de vestir y calza zapatos con borlas. Hace sonar a medio volumen una voz agradable. Sus manos hablan de la misma manera. Cuando no cruza los brazos, cruza las manos y cuando se descruza los acciona con ademanes cortos y seguros. No pasillea pero siempre tiene corro y eso que dice con media voz y poco gesto saca risas a los demás.

Este hombre regaló centenares de miles de euros cuando se suman también los que gastó con la funcionaria Marta Renedo, con José Luis Iglesias Riopedre, consejero de Educación, para que viajara, y con el hijo de éste para que pudiera ganarse la vida con una empresa. Técnicamente esos regalos se llaman atenciones o liberalidades. Muñiz es "muy atento", como se decía antes del hombre cortés y obsequioso. Los dos inspectores de Hacienda respondieron de los dos informes de los que eran autores durante una de las sesiones más largas del juicio, que se acerca al final con estas periciales.

El inspector llevó la voz cantante. Aunque su tono inducía a la relajación, sus palabras eran cafeína. La inspectora le hizo buenas asistencias y tiró a canasta varias veces. Por su informe y sus declaraciones sabemos qué puede conseguir Hacienda con las herramientas electrónicas que le permiten mover ingentes cantidades de información. Zújar es una de ellas. Según leyó la defensa de Renedo, el informe contaba que Zújar selecciona contribuyentes y encontró miles de casos de pagos del Principado de más de 3.005 euros sin justificación aparente de personas y de empresas. Asusta. La clave es la palabra "aparente", que no debe engañar.

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