Una modificación técnica de una parte de la LOMCE posibilitará que la prueba final de Bachillerato se transforme en la prueba de acceso a la Universidad como se conoce hasta ahora. Esa transformación se está "tramitando con celeridad y pronto verá la luz", anunció ayer en Oviedo el presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), Segundo Píriz, durante la reunión de las universidad del G-9, que agrupa a las instituciones académicas que son las únicas públicas en sus respectivas comunidades autónomas.

Píriz recordó que ya en la asamblea de marzo de la CRUE se había solicitado al Ministerio de Educación una prórroga a las pruebas actuales de acceso a la Universidad (PAU) con el ánimo de "dar certidumbre a los 300.000 estudiantes de primero de Bachillerato" de toda España. Y ayer, el presidente de la CRUE confirmó que esa solución está próxima. La solución consensuada con el Ministerio permitirá que, al menos el próximo año, la conocida como "reválida" de Bachillerato se transforme en la prueba de acceso a la Universidad "con un formato muy similar al actual". Esa reválida no será obligatoria para la obtención del título de Bachillerato y serán las comunidades autónomas quienes organicen, como hasta ahora, las pruebas que sirven como puerta de entrada a la Universidad.

El Consejo de Estado se encuentra analizando este cambio que, al ser un desarrollo de LOMCE y no una nueva ley, podría ser aprobada incluso por un Gobierno en funciones, aseguró Píriz. "Se hizo un ejercicio de responsabilidad para dar salida a una cuestión complicada", continuó diciendo el presidente de la CRUE. "Se le está dando la mayor celeridad y el informe del Consejo de Estado va por buen camino", especificó Segundo Píriz. Dicha prueba se diseñará de manera conjunta entre las universidades y los profesores de Secundaria que designen las consejerías de Educación de cada comunidad autónoma, como se hacía hasta ahora con la PAU, cuya convocatoria de julio se celebra desde ayer en Asturias.

El formato de esos exámenes para el año que viene será similar al vigente buscando de esta manera la solución "menos mala", aseguraron los rectores del G-9. Se garantiza de esta forma el distrito único universitario, otra de las preocupaciones del rector asturiano, Santiago García Granda, desde ayer presidente semestral de esta agrupación de universidades que son las únicas públicas en su territorio. El mando universitario recordó que ya han solicitado a través de la CRUE que se elimine la tasa de reposición "con una repercusión importante en todas las tareas de la Universidad". Según el rector asturiano "los grupos de investigación se están quedando sin relevo generacional". También solicitan una estrategia de internacionalización de la Universidad de ámbito estatal.