La playa no fue ayer el único atractivo para disfrutar del buen tiempo que reinó en el Principado. También la montaña tuvo muchos adeptos, como se pudo comprobar en Cangas de Onís, puerta de acceso a Covadonga y a los Picos de Europa. A esto se sumó el tradicional mercado que se celebra los domingos en la localidad. Los reguladores del parking de El Lleráu, donde estacionan cerca de 350 coches, tuvieron que colocar al mediodía el cartelito de completo. Al otro lado, justo junto a la estación de autobuses, también se llenó otro recinto -aún sin asfaltar- con otro buen número de vehículos. Y es que no resultó nada fácil encontrar sitios adecuados a lo largo de la soleada jornada en la vieja capital del Reino de Asturias.

La niebla cubrió por la mañana los arenales de la región, lo que no impidió que miles de personas se desplazaran a lo largo de la costa asturiana para disfrutar de la jornada.

Los accesos a la playa de Rodiles ya complicó la circulación por la mañana, pese a las medidas preventivas adoptadas por la Dirección General de Tráfico. Una de ellas fue colocar conos en la A-8, a la salida del túnel de Villaviciosa en sentido Galicia, manteniendo el margen derecho de la calzada en sentido de la marcha, respetando el acceso y la salida a Villaviciosa y cortando en el margen izquierdo el tercer carril. De esta manera se pretendía conseguir una mayor fluidez en el tráfico al evitar el cruce de vehículos de un carril a otro.

Además, se reforzó la presencia de la Guardia Civil a la entrada del túnel de Villaviciosa, para activar la circulación e impedir que los conductores redujesen la velocidad de forma excesiva para evitar frenazos y colisiones. Los paneles de señalización variable también ofrecían información sobre la ocupación de los aparcamientos en la playa de Rodiles, de el objetivo de que los conductores supieran con antelación cuándo se completaba su aforo.