Isabel Ruiz de la Peña González (Oviedo, 1973), profesora de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo y directora de Difusión y Promoción de la Investigación, es especialista en la investigación del Románico y en la promoción y divulgación del patrimonio histórico-artístico medieval. Ha sido parte del equipo e investigadora principal del inventario-catálogo de los bienes del tesoro artístico de interés para el Principado de Asturias, así como miembro de otros proyectos de investigación de ámbito nacional. San Antolín de Bedón es para ella una de las joyas del Románico asturiano y también uno de los lugares de su infancia.
-¿Qué puede aportar San Antolín de Bedón al itinerario del patrimonio asturiano?
-Muchas cosas. No hay más que ir a Francia y ver que en cada pequeño pueblo tienen una iglesia cuidada de modo impecable. En una escala de cero a diez a Bedón le daría un siete, dentro del Románico español. Contar con un templo en condiciones aportaría, para empezar, mejor imagen, a nuestro Principado de Asturias. Lo que tenemos aquí es patrimonio monumental y cultural.
-¿Tan complicado es atraer las miradas a un monumento del siglo XIII?
-Bedón tiene condicionantes negativos, como el viaducto de la autopista, que es algo tremendo, pero está en un enclave turístico muy importante, al lado de una playa, en un lugar precioso. En Cataluña se hacen muchas rutas monumentales que generan un desarrollo local importante. Podríamos copiar esas cosas.
-El Románico asturiano no sólo languidece en Bedón. ¿Qué motiva este desprecio?
-Es un estilo artístico poco atendido en Asturias, donde todo se lo lleva el Prerrománico, cuando tenemos un Románico rural muy valioso que debemos proteger y cuidar. Bedón es un ejemplo, pero pienso, por ejemplo, en el concejo de Villaviciosa, donde se conserva una concentración interesante de construcciones que podrían dar para mucho más.
-¿Qué le parece la iniciativa de celebrar mañana un Conceyu Abiertu en Llanes organizado por LA NUEVA ESPAÑA para debatir sobre el futuro de Bedón?
-Es fantástico. Necesitamos promover una labor de difusión y de educación en torno al patrimonio. Los edificios deben conservarse en buen estado, hay que darles uso. El patrimonio está vivo, es necesario un mantenimiento. Aquí no se vigila nada. En un centro comercial existen guardas de seguridad, pero nadie controla lo que pasa en los monumentos prerrománicos del Naranco. Otro ejemplo de Románico destrozado es la portada del antiguo convento de San Isidoro, en el Campo San Francisco. Nos falta esa educación patrimonial que empieza desde pequeños.
-Usted la tuvo, de la mano de su padre, el catedrático de Historia Medieval Juan Ignacio Ruiz de la Peña, que le enseñó, entre otras muchas cosas, a amar cada piedra de San Antolín de Bedón...
-Mi padre veraneaba en Naves. La familia era del bando de San Antolín. Durante muchos años fuimos a la fiesta. Yo me vestía de llanisca. Para mí tiene un componente muy sentimental. Bedón es parte de mi niñez.
-Siempre dice que el patrimonio artístico es un valor no renovable. ¿Estamos a tiempo de salvar Bedón?
-Hay que sacarle partido y deberían hacerse más labores de difusión, como la promovida por el Club Prensa Asturiana. También es muy importante que cuando se lleva a cabo un plan de actuación en un edificio sea hecho por un equipo interdisciplinar de mucha calidad, con historiadores del arte, arqueólogos y arquitectos que lo conozcan muy bien.
