En una broma del azar, un termómetro callejero del centro de Oviedo muy recalentado por el sol marcaba 42 grados debajo de un anuncio de "Ice age", la quinta entrega de la saga cinematográfica de "La edad del hielo". Exageraba el subtítulo, "El gran cataclismo", pero lo que no parecía broma, ni a la vista de la temperatura es ninguna exageración, es la frase de un transeúnte que dice lo que seguramente ha repetido muchas otras veces. "Hoy hace más calor que nunca". Pero esta vez sí. Hacía más calor que nunca en Oviedo, donde los 36,8 grados de las cinco menos veinte de la tarde superan los 36,4 del anterior récord de la serie histórica -hay datos desde 1972-, medido el 7 de septiembre de 1988. Hizo aun más calor en Mieres, donde los datos históricos no son tan precisos, pero los de ayer sí: la suya fue la temperatura más alta de Asturias, con 38 grados y medio más o menos a la misma hora a la que la capital se cocía a casi 37. Hacía tanto calor que el del Principado, en esta ola calurosa que entró a España por el Noroeste, no estuvo lejos de los de Orense y Montoro (Córdoba), récord nacional ex aequo con 41,6 grados, ni de los de Jaén (Bailén) o Badajoz (Don Benito), con sus 41,5 y 41,2, respectivamente.

El fogonazo de la masa de aire muy seco sobre el interior de la Península concentró el calor esta vez más en el centro que en las alas y significativamente más en el interior que en la costa, con 38 grados de máxima en Pola de Lena y 37,6 en Soto de la Barca (Tineo), con 37,4 en Amieva y 37,2 en Salas. En una jornada más caliente en el interior que en la costa, Gijón también sufrió sin embargo el día más caluroso de los meses de julio de los que ha quedado constancia, llevando la máxima histórica de este mes hasta 34,3 grados, casi tres por encima de los 31,4 de la plusmarca anterior, registrada el 24 de julio de 1993. No era fácil encontrar dónde poner un pie en la playa de San Lorenzo, con bandera amarilla y el agua a veinte grados. La primera ola de calor del verano, tórrida como apenas se recuerda, fue más benigna con la franja litoral, pero al interior todas las estaciones meteorológicas de la región salvo la de Leitariegos -que está a 1.530 metros- marcaron máximas por encima de los treinta grados.

Todo es repercusión directa de la extraordinaria concentración de aire cálido y seco y de su combinación con el anticiclón que deja a la vista un sol potente que ha llegado para quedarse al menos unos días. El episodio atmosférico se mantiene y Asturias todavía tiene previstas para hoy temperaturas máximas de hasta 35 grados en Cangas del Narcea, 34 en Langreo o 31 en Oviedo. El pronóstico alimenta la esperanza de que el calor comience a descender a partir de mañana.

La región abandona hoy la situación de alerta por riesgo moderado en la que estuvo ayer todo el interior mientras la Consejería de Sanidad difunde una batería de consejos con hincapié en la ingestión abundante de agua, las comidas ligeras y la abstinencia de la actividad física intensa en las horas centrales del día. Advierte la Administración sanitaria de que son más vulnerables a los efectos de estos episodios los ancianos, los niños o los enfermos.