La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Auxilio y asilo al refugiado

Los catorce iraquíes y sirios acogidos en Asturias reciben asistencia lingüística, social y jurídica de ACCEM para facilitar su independencia en seis meses

Parte del equipo de ACCEM Asturias. ÁNGEL GONZÁLEZ

"Los refugiados llegan de pasar un proceso complicado. Hay que trabajar a nivel de condiciones de salud y a nivel psicológico tras el conflicto que vivieron, además del trauma del proceso migratorio". Las palabras de Raquel Palacio, responsable local de la sede de ACCEM en Oviedo -la asociación que gestiona la acogida a refugiados en el Principado-, resumen a la perfección los trabajos prioritarios a realizar con los solicitantes de asilo que llegan a Asturias desde los campamentos de Grecia, pero no son los únicos. El Principado acogió en lo que va de año dos grupos de refugiados, gracias a los cupos adquiridos por España frente a la Unión Europea. El primero de esos grupos llegó a finales de mayo, formado por siete personas, dos de ellos menores de edad, hijos de una familia iraquí. El segundo, un mes más tarde, también de siete personas, con tres niños sirios entre ellos.

Para estas personas lo primordial es "el aprendizaje del idioma", como recalca María Jesús Llorente, coordinadora del área socio educativa de ACCEM Asturias. Precisamente es en este punto en el que se vuelca esta ONG española presente en el Principado hace casi un cuarto de siglo.

"Desde el momento de la llegada, se diseña un plan de intervención entre las distintas áreas", asegura Palacio. Este plan incluye la asistencia jurídica a las personas solicitantes de asilo además del apoyo psicológico a los recién llegados.

A estos refugiados se les reubica en un piso compartido, alquilado por ACCEM, en el que conviven un máximo de seis meses. Además, se les ofrece asistencia sanitaria y ayuda para el empadronamiento, cubriendo las necesidades más básicas y prioritarias.

Tras esta primera fase, el área educativa de la ONG ofrece a los refugiados clases de español como lengua extranjera, "impartidas por profesorado formado y profesional", como recalca Llorente. Estas clases, de un mínimo de diez horas semanales, ayudan a los inmigrantes a salvar la difícil barrera idiomática. En estas sesiones, los extranjeros reciben también formación socioeducativa, aquella que busca el "conocimiento de todos esos elementos que pueden ayudar a las personas a desenvolverse en el lugar de acogida, frenando el choque cultural: las tradiciones, las costumbres, el folclore, la organización política o el conocimiento del entorno", explica Llorente.

Por otro lado, el mismo área "coordina con los servicios públicos la matrícula en centros educativos para mayores", recuerda Llorente. Del mismo modo, se escolariza a los menores, realizando al mismo tiempo un seguimiento de sus estudios, mientras que el área de voluntariado ofrece apoyo específico a los más pequeños, facilitando a sus padres la formación académica.

El objetivo final es que los refugiados, terminado ese periodo de seis meses, sean "lo suficientemente autónomos para buscar alojamiento propio, fuera de los pisos que tenemos nosotros, aunque con ayudas económicas", asevera Llorente.

Para ello, de los tres a los seis meses, el área laboral de ACCEM ayuda a los inmigrantes a buscar trabajo, formándolos en habilidades sociales para el empleo, además de con diversos programas de intermediación laboral y colocación.

Pasado ese medio año, el apoyo de ACCEM seguirá existiendo aunque no de manera tan activa, buscando hacer de la nueva vida de los solicitantes de asilo, una mejor que la que dejan atrás.

Compartir el artículo

stats