La ocupación hotelera alcanzará los niveles de antes de la crisis, según prevén los empresarios turísticos de la región. El aumento de las pernoctaciones y de los precios invitan a pensar que este verano mejorará los resultados económicos de 2015. Los hoteleros esperan un agosto extraordinario, en la línea del año pasado, y confían en que el mes de julio de la campanada. Las reservas de habitaciones para la segunda quincena están superando el 80% y este fin de semana aumentarán, coincidiendo con la fiesta de Santiago. Antón Puente, responsable de la cadena Arcea, indica que será el mejor sábado y domingo de la temporada estival.

"Estos días en la comarca del Oriente no hay casi sitio. Estamos llenos", asegura Puente, que aplaude la subida de precios que se han atrevido a aplicar la mayoría de establecimientos. "Es una subida de unos cinco euros, pero sumándolos hace mucho. También notamos que la estancia mínima, cuya media se situaba hasta ahora en las 1,8 noches, ha aumentado", agrega. Todos estos datos demuestran que el sector turístico avanza hacia la consolidación, después de un 2015 de recuperación.

"En ocupación ya estamos como antes de la crisis, sin embargo en los precios todavía estamos lejos. La subida ronda un 10 o un 15%", sostiene Daniel García, director del hotel Monumental Naranco de Oviedo. "Cada vez se ve más ambientillo. Para atrás ya no podemos ir", apunta por su parte Adriano Berdasco, presidente de la Federación de Turismo Rural. El diagnóstico que hacen los dueños de casas rurales es menos esperanzador. Prevén un buen verano, quizá mejor que el de 2015, pero sin demasiadas sorpresas. En especial en lo económico.

A diferencia de los hoteleros, ellos no se han atrevido a subir los precios por miedo a perder clientela. "Llevamos cinco años sin tocarlos y éste tampoco lo haremos. Puede que el que viene", lamenta Mayte Jiménez, presidenta del Clúster de Turismo Rural de Asturias, con negocio propio en Pendueles (Llanes). A cambio, el teléfono no para de sonar. "El margen de mejora en agosto es poco, porque siempre es bueno, pero julio va muy bien. Nosotros lo asociamos a un aumento de demanda de las actividades de ocio", razona Ricardo Soto, vicepresidente de la Asociación de Turismo Activo y Albergues. La palma en este campo se la lleva el Oriente y en concreto el descenso del Sella. "Es casi una cita obligada. El Occidente está poco explotado, pese a tener enormes posibilidades", opina.

En este sentido, los empresarios aprecian un repunte del turismo extranjero. Daniel García lo relaciona con las nuevas conexiones aéreas y con los ataques terroristas, que han mermado las visitas a otros países.