Es un "no molestar" en versión socialista. El Gobierno del Principado reclama al PP que "no interfiera en las conversaciones" sobre la reforma del sistema fiscal que ya ha iniciado con IU y arrancan hoy con Podemos. La Administración socialista, dice el portavoz del Ejecutivo autonómico, ha escogido explorar el futuro de la fiscalidad, y eventualmente un presupuesto, con quienes "creemos que tenemos más afinidad" y en ese proceso no tolera interferencias como las que esta semana "parece que quería introducir la portavoz del PP". Se refiere Guillermo Martínez al supuesto "juego diabólico" que el lunes formuló y desarrolló Mercedes Fernández y que se sustancia en que el Gobierno trata de "acogotar a Podemos" y buscar su "extinción" mediante una estrategia dual en la que con una mano lo descalifica y con la otra le reclama un pacto presupuestario al que en el fondo desea "que le digan que no".

Sin entrar en el desmontaje de la secuencia, Martínez contradijo las acusaciones adicionales de parálisis del Gobierno extendiéndose en el repaso de un balance del primer año de la legislatura que "seguro que molesta a la portavoz del PP, porque éstas no son sus políticas". Habló de los 2,3 millones de los convenios suscritos con entidades locales para el auxilio a familias con menores a su cargo, de "la mejora de las dotaciones del salario social", de las ayudas contra la pobreza energética, del plan de ordenación del área central, de los acuerdos de concertación...

El Ejecutivo "ha estado a la altura de las circunstancias" y "está haciendo lo que tiene que hacer", opone Martínez entrando en la búsqueda de acuerdos por la izquierda. "Sigue empeñado", va más allá, "en encontrar puntos de encuentro con esa mayoría de izquierdas en la Junta" por mucho que IU le haya vuelto conminar a ampliarla con Podemos bajo advertencia de retirada del único apoyo parlamentario del que dispone y la formación morada haya dicho esta semana que no se siente "identificada con esa etiqueta" o que el Principado vive en la "soberbia" y el "negacionismo". Puesto el portavoz del Ejecutivo ante esta doble actitud de sus interlocutores presupuestarios, Martínez defiende un cumplimiento "literal", "punto por punto", del acuerdo de investidura con IU y, una vez más, el "empeño" de un intento de acuerdo fiscal que se mantiene vivo, resalta, "en todos sus términos".

La "progresividad"

Como argumentos, también tal vez como guiño a Podemos, expone los pormenores de una propuesta de reforma fiscal ya explicitada que al menos en la formulación coincide en parte con la de la formación morada. Habla Martínez de lo mismo que Podemos, al menos en la forma del enunciado teórico, cuando habla del impuesto de sucesiones y de "mejorar la progresividad" aparte de corregir el "error de salto" según el procedimiento incluido en el proyecto fallido de presupuestos para este año. Alude a la propuesta de legislatura que añadía la introducción en el tributo de "mejoras sobre el tratamiento de la vivienda habitual y la transmisión de empresas" y de la ligazón de esta última con el propósito esencial de no afectar a la creación de empleo y a la actividad económica.

Pero no es sólo Sucesiones. Podemos ha asegurado que llevará hoy a la mesa de su primera reunión de esta segunda tanda de encuentros fiscales una propuesta coincidente con la que fracasó en el proceso negociador del proyecto de presupuestos para este año. Además de la progresividad de las sucesiones, la oferta de la formación morada tiene otros trazos y alguno ha sido hasta ahora menos del agrado del Gobierno, como el avance hacia la supresión del tributo sobre los combustibles, el mal llamado "céntimo sanitario". Además, plantea la reducción de los tipos del IRPF para las rentas bajas y la reducción de los que gravan las transmisiones de viviendas de valor inferior a 175.000 euros, así como la rebaja del mínimo exento del impuesto sobre el patrimonio.