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Los expertos reclaman más señales en las vías urbanas con presencia de jabalíes

Dos accidentes en el mismo tramo en un lapso de dos años ya justifican la instalación de advertencias a los conductores, según el Consejo Consultivo

Un operario de Carreteras retira el cadáver de un jabalí atropellado por un turismo en la variante de Avilés. R. SOLÍS

La aplicación de una legislación estatal que limita de manera considerable la responsabilidad de la Administración en el caso de accidentes provocados por la fauna salvaje está motivando que el Consejo Consultivo abogue por exonerar al Principado del pago de indemnizaciones a los automovilistas que le reclaman compensaciones tras haber sufrido percances por la abrupta irrupción de jabalíes en la calzada. Sin embargo, y pese a este "blindaje", el órgano asesor en materia jurídica que preside Bernardo Fernández ya ha advertido a la Administración regional de que podría hacer más para reducir el riesgo sobre la seguridad vial derivado del "importantísimo aumento del área de distribución y densidades del jabalí" que se ha registrado en los últimos años.

Así, además de la adopción de "medidas de control poblacional", el Consejo reclama un sistema de señalización del paso de estos animales en zonas urbanas, suburbanas e industriales en las que hasta hace bien poco la presencia de suidos era casi inexistente. Su propuesta concreta pasa por exigir la instalación de señales de advertencia en todos aquellos puntos en los que se hayan contabilizado dos o más accidentes atribuibles a los jabalíes en un lapso temporal de dos años.

El objetivo de las señales de peligro por animales sueltos es que los conductores incrementen la atención -también sobre los márgenes de la carretera- y, sobre todo, que disminuyan la velocidad para poder controlar el vehículo en caso de que les cruce algún ejemplar.

El Consejo Consultivo ha comprobado como en los últimos años los jabalíes han provocado accidentes en vías que atraviesan o están muy cerca de zonas suburbanas e industriales en las que nunca se habían presentado antes esta problemática. Se trata de carreteras y autovías con unos niveles de tráfico mucho mayores que las del medio rural y en las que la velocidad media de los vehículos también suele ser más elevada, lo que agrava el riesgo para los conductores y justifica, a juicio del Consejo, un esfuerzo adicional en materia de señalización. "No son lugares donde el conductor pueda presumir normalmente la aparición de un animal salvaje en la calzada", sostiene en un informe en el que analiza este asunto.

Los accidentes que han llegado al organismo consultivo que preside Bernardo Fernández -consejero de Presidencia con Pedro de Silva y uno de los "arquitectos" de la autonomía asturiana- no están motivados por la "acción de cazar", una de las causas por las que la legislación permite el pago de indemnizaciones a los afectados. Se trata, muy por el contrario, del simple paso de ejemplares, algo que, tal y como reconoce el Consejo Consultivo, "resulta imposible de evitar salvo en los terrenos que lindan con autopistas y autovías valladas". En el resto de zonas no es posible controlar totalmente el tránsito de fauna salvaje mediante cercados, dado que para impedir la endogamia de especies silvestres está prohibido colocar cierres que impidan su circulación. "No es factible técnicamente evitar el paso de la fauna cinegética y permitir que lo haga el resto, lo cual, ciertamente, puede provocar accidentes de circulación con daños para las personas y los vehículos", añade el informe del Consejo en el que se recomienda incrementar la señalización del peligro de que haya animales salvajes en la calzada. Sin embargo, el organismo también alerta de que una profusión de señales de advertencia perdería efectividad entre los conductores, abogando por limitarlas a aquellos tramos en los que el riesgo "sea cierto". Es decir, en los que se hayan producido dos o más accidentes en un plazo de dos años.

El Consejo Consultivo ha analizado cinco reclamaciones de daños por accidentes con jabalíes de abril a junio y en los cinco ha determinado que el Principado no tiene que indemnizar. "No apreciamos la concurrencia de nexo causal entre el daño reclamado y el funcionamiento de los servicios públicos dependientes de la Administración", subraya el organismo en todos y cada uno de los expedientes publicados.

En concreto, analiza tres supuestos de atribución de responsabilidades en el caso de accidentes provocados por animales salvajes: el posible incumplimiento de las normas de circulación por parte del conductor, que el percance se produzca como consecuencia directa de una acción de caza o de una falta de diligencia en la conservación del terreno acotado, o que se achaque al estado de conservación o señalización de la vía.

En los cinco casos analizados durante los dos últimos meses, el organismo no ha encontrado responsabilidad legal del Principado. Sí que identificó un fallo en la señalización en un percance del que, no obstante, responsabiliza al conductor, ya que iba ebrio, sin carnet de conducir, sin seguro y con la ITV caducada.

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