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EMILIO FERNÁNDEZ | Director del Centro de Estudios Olímpicos de la Universidad de Barcelona

"Barcelona se erigió como el gran ejemplo de éxito de unos Juegos Olímpicos"

"En cuanto se encienda la llama en el pebetero se apagarán las críticas a la organización de Río de Janeiro y el deporte pasará a ser el protagonista"

Emilio Fernández, con su nuevo libro. IRMA COLLÍN

Emilio Fernández Peña (Oviedo, 1971) es director del Centro de Estudios Olímpicos de la Universidad Autónoma de Barcelona y profesor titular de comunicación audiovisual, desde septiembre de 1999. El asturiano es uno de los grandes expertos europeos en los Juegos Olímpicos, la competición deportiva que cada cuatro años centra la atención del mundo.

-El viernes comienza el gran evento deportivo del año.

-Diría más: los Juegos Olímpicos son la gran cita deportiva global. Por diversas razones. Reúnen delante del televisor a cientos de miles de personas, 2.500 millones solo en la ceremonia inaugural.

-¿Cuál es el valor añadido de los Juegos respecto a otras grandes competiciones deportivas a nivel mundial?

-Reúnen a los mejores deportistas del mundo en todas las pruebas deportivas posibles, durante 16 días, en un único lugar. Pero además, un aspecto que se verá en la ceremonia inaugural: los rituales, el simbolismo, la cultura olímpica en general. Eso es lo que lo convierten en un acto superior al resto. Las sociedades modernas necesitan de ceremoniales, no pueden prescindir de ellos. Son elementos de emoción, de profundidad, que engarzan el pasado y el presente y lo vinculan al futuro. Los Juegos Olímpicos están preñados de estos elementos rituales que conectan emocionalmente con el público. El deporte en sí tiene una capacidad extraordinaria de contactar con la emoción de los aficionados. El deporte, desde el punto de vista audiovisual, es un gran contenido porque provoca emoción, al igual que lo hacen los símbolos y los rituales.

-¿Por qué el deporte, los Juegos Olímpicos en este caso, concitan grandes audiencias?

-Por la incertidumbre del resultado, cualquier cosa puede pasar, no es una ciencia exacta, David puede vencer a Goliat. Eso llama la atención, es una garantía de expectación e interés para las audiencias. De ahí las cifras estratosféricas que pagan los medios de comunicación para hacerse con sus derechos de emisión.

-¿De cuánto dinero podríamos estar hablando?

-No sabría decirle con exactitud, pero la NBC norteamericana, por ejemplo, desembolsa alrededor de 1.200 millones de dólares por retransmitir los Juegos Olímpicos de Río. Eso se recupera, a través de las audiencias.

-¿Cómo se reparte esta ganancia televisiva?

-Menos de un 10% va para pagar los gastos del Comité Olímpico Internacional y el 90% restante se distribuye entre el Comité Organizador y las distintas federaciones internacionales. De este porcentaje, un cuarto se distribuye a Solidaridad Olímpica, un organismo dependiente del Comité Olímpico Internacional que invierte esos ingresos para el progreso de países en vías de desarrollo: creación de infraestructuras, capacitación de entrenadores y técnicos? Una gran parte de los ingresos revierte en estas labores humanitarias.

-¿Cómo de importante es la comunicación para los Juegos Olímpicos?

-Es absolutamente clave, porque globaliza un evento que es local. Si no existiese la televisión y las redes sociales no trascendería de un estadio o una ciudad determinada del mundo. Además, los medios de comunicación financian los Juegos Olímpicos. De forma directa, con el pago de los derechos de emisión y de forma indirecta, al ser un aliciente para los patrocinadores. Si no se viera en todo el mundo, esas grandes marcas no se anunciarían en los Juegos. Por lo tanto, la comunicación garantiza casi el 100% de la financiación de los Juegos Olímpicos.

-¿Por qué es interesante para una ciudad organizar unos Juegos Olímpicos?

-Lo definió precisamente Lula da Silva, en una reunión con Jacques Rogge, presidente del Comité Olímpico Internacional por aquel entonces, en 2006. Da Silva insistió en organizar los Juegos porque iban a poner a Río de Janeiro, y por ende a Brasil, en el mapa, situándose entre una de las ciudades más importantes del mundo para los negocios y el turismo. Y al mismo tiempo, Da Silva quiso aprovechar el impulso de la cita deportiva para crear programas de desarrollo a través del deporte para jóvenes que estaban en la calle. Tenía una enorme fe en la innata capacidad transformadora del deporte.

-¿Qué le falló a Brasil?

-Era un país que, cuando se le otorgaron los Juegos, estaba en franco crecimiento económico, parecía que iba a salir de su crisis permanente, todos parecían estar de acuerdo en que una actividad así iba a transformar definitivamente el país. Pero las dificultades han sido grandes. Había gente en Brasil que ya se esperaba que pudiera pasar esto, porque ya había ocurrido otras veces. Es el "vuelo de la gallina". La gallina sube mucho y rápido, pero acaba volando hacia atrás, hasta el punto de salida. En esos años muchos millones de personas salieron de la pobreza, pero el Estado ya está de nuevo en decrecimiento.

-Los Juegos Olímpicos de Brasil están suscitando ciertas críticas, ¿cree que todo va a salir según lo previsto?

-Es un momento complicado. Se están dando a la vez varias crisis: la económica, la del zika, la del doping? pero el deporte tiene un poder extraordinario para focalizar la atención. En cuanto se encienda la llama en el pebetero, se apagarán todas las críticas y el deporte, las medallas, los récords, pasarán a ser los protagonistas totales y absolutos.

-¿Cuál será el papel de las redes sociales en estos Juegos Olímpicos?

-Los medios sociales van a ser fundamentales. La importancia de las redes sociales radica en tu capacidad como protagonista de concitar la atención de la gente, y estos líderes de opinión serán los deportistas, que hablarán solo de deporte. Cada individuo, gracias a las redes sociales se convierte en un medio de comunicación. No creo que haya muchas críticas, los deportistas tienen muy controlada su autocensura.

-¿Cuáles serán los momentos de mayor afluencia de interacciones en las redes sociales?

-Los momentos álgidos serán la ceremonia de apertura, sobre todo, y la de clausura. En el medio serán importantes los homenajes a los héroes, cuando los organismos oficiales hablen de los principales medallistas.

-Precisamente, hablando de medallistas, ¿cuál va a ser el papel de España en estos Juegos?

-No me atrevo a hacer una quiniela. Yo creo que actualmente España es una potencia media, estará entre 15 y 20 medallas. La verdad es que el rendimiento de nuestros deportistas mejoró considerablemente después de los programas de ayudas que se realizaron con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, fueron un grandísimo acierto.

-¿Cuál fue el legado de esos Juegos Olímpicos de Barcelona en España?

-Fueron unos Juegos muy sostenibles. Es el gran ejemplo de éxito de unos Juegos Olímpicos. Fueron baratos, sostenibles y revirtieron de forma extraordinaria en la ciudad. Barcelona recibía un millón de turistas al año por entonces y ahora está rondando los nueve. Las infraestructuras que se crearon son utilizadas por todos nosotros. A partir de los Juegos Olímpicos, Barcelona empezó a mirar al mar, se recuperó la zona costera. Ahora la gente va a Barcelona para ir a la playa. Se trabajó de forma cooperativa entre la iniciativa pública y privada.

-¿Y cuándo volveremos a ver unos Juegos Olímpicos en España?

-Es muy complicado. Después del fracaso de las candidaturas de Madrid y el efecto de la crisis económica, se antoja difícil. Se ha parado todo, pero probablemente se vuelva a reabrir el debate en unos años.

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