Basta con que un turismo choque contra el guardarraíl para que la "Y" se colapse. Ocurrió ayer, en torno a las tres de la tarde: la salida de vía de un coche (sin heridos) originó retenciones de cinco kilómetros entre Oviedo y Lugones, que también afectaron a los enlaces de la autopista. En menos de una semana, ya van dos grandes atascos, lo que evidencia la necesidad de actuar para aliviar la saturación de la principal carretera de la región. Fomento anunció el pasado mes de junio la construcción de un tercer carril para ensanchar la calzada en ambos sentidos, pero la obra no empezará hasta finales de 2018 o 2019.

El accidente de ayer tuvo lugar en el kilómetro 22, dirección Gijón, a la altura del centro comercial Azabache. El conductor de un vehículo se empotró contra el quitamiedos y en cuestión de minutos la "Y" volvió a convertirse en una ratonera. El suceso afectó a la autovía de Siero, en concreto al enlace de Paredes, donde también se formaron caravanas. Y eso en un día de verano, en pleno mes de agosto y con tráfico poco denso. Ayer, no obstante, coincidió buen tiempo y muchos turismos se dirigían a la costa.

Los expertos insisten en que un tercer carril entre Oviedo y Lugones es necesario, pero también piden prudencia a los conductores. Adaptar la velocidad al tráfico, utilizar el carril izquierdo solo para adelantar, evitar maniobras bruscas y no pegarse al coche delantero son claves para evitar choques en la temida "Y".