"O somos capaces de dar con una salida seria que evite la repetición de las elecciones o provocaremos un roto en la evolución de España". El presidente del Principado, Javier Fernández, optó por un discurso en clave nacional en la inauguración de la sexagésima edición de la Feria de Muestras de Asturias porque de cómo se resuelva el conflicto, aseguró, "dependerá en buena medida la evolución de Asturias y de España en los próximos años".

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Javier Fernández dejó meridianamente clara su posición al respecto de la formación de gobierno en España y en su visión no caben unas nuevas elecciones al entender que constataría "una crisis de capacidad política que desacreditaría nuestras instituciones, incentivaría la desafección, multiplicaría la desconfianza internacional y, en suma, dañaría nuestra imagen de marca como país". No obstante, para el presidente regional no está tan claro que quien deba evitar unos nuevos comicios sean los socialistas.

Fernández apunta hacia los partidos independentistas para sortear el colapso. "Claro que es posible llegar a acuerdos con los partidos nacionalistas, siempre lo ha sido: es preferible que estén dentro que fuera del sistema". Aunque añadió que ese entendimiento "nunca puede pasar por reconocer el derecho a decidir, eufemismo del derecho a dividir". Y todo ello, edulcorado con los datos positivos de reducción del paro en Asturias y España.

No obstante advirtió que ante una realidad compleja esos datos son coyunturales y no hay que bajar la guardia. Por ejemplo, Javier Fernández achacó que Asturias superará este año todas sus marcas turísticas -al punto de consolidarse esta aportación en el 10% del PIB- gracias a la tensión social en destinos turísticos alternativos como Turquía o Egipto. A los 34 meses consecutivos de descensos en el paro en Asturias -y buenos datos también, reconoció, en España- le puso el contrapunto de los "vientos de cola" como los tipos de interés mínimos que se sostienen con el respirador del Banco Central Europeo, la caída del precio del crudo y un euro abaratado que favorece las exportaciones.

Unas preocupaciones a las que Javier Fernández se apresuró a sumar el impacto del Brexit en Reino Unido, el desenlace de la crisis en Turquía, la repercusión de las próximas elecciones presidenciales, en noviembre, en Estados Unidos, las consecuencias de los problemas de la banca de Italia y Portugal, ni la incidencia sobre la política interna de la amenaza terrorista. Todo ello, en suma, son ingredientes suficientes para apurar la formación de un nuevo gobierno en España, según sus palabras.

Y todo ello en presencia de Fátima Báñez. La ministra de Empleo en funciones, apenas se apuró a decir que "no hay tiempo que perder" y, como crítica en tono menor a los socialistas, que "el inmovilismo no conduce a nada".

Báñez, arropada por la presidenta regional del PP, Mercedes Fernández, y la diputada en las Cortes por Asturias Susana López Ares, fue recibida entre silbidos -compartidos con Javier Fernández- provocados por varias decenas de manifestantes que aguardaron su llegada al recinto ferial Luis Adaro.

En las inmediaciones del acceso al recinto aguardaba protocolariamente Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Comercio de Gijón, arropado a su vez, por sus homólogos Francisco Menéndez, de Avilés; Fernando Fernández-Kelly, de Oviedo, y José Luis Bonet, presidente del Consejo de Cámaras de España.