"Siempre es positivo que se reconozca una labor tan complicada como esta. A fin de cuentas nosotros no ofrecemos un producto, sino un servicio que esta gente necesita". Las palabras de Elizabeth Pola, coordinadora de la cooperativa de servicios asistenciales de calidad en el ámbito rural El Orrio, reflejan a la perfección la satisfacción que supuso para esta pequeña organización el reconocimiento que les otorgó el Gobierno del Principado al entregarles la medalla de plata de Asturias.

Además, este premio le llega en un año muy especial para la cooperativa, ya que cumple su vigesimoquinto aniversario, un cuarto de siglo ayudando a personas con dependencia en el entorno de Tapia de Casariego. "Fue una medalla inesperada totalmente. Ya nos habían dado el Premio Mujer de Tapia de Casariego que otorga el Instituto de la Mujer no esperábamos ningún galardón más. Nos sorprendió mucho pero nos alegró más aun", asegura Pola.

En estos veinticinco años, "hemos evolucionado poco a poco, en un entorno rural, que siempre es más complicado, en el que en ocasiones existen grandes distancias entre los lugares a visitar", relata la coordinadora de la entidad. La cooperativa ayuda a aquellas personas que por enfermedad, vejez o cualquier otro motivo, estén impedidas para realizar tareas tan básicas como el aseo personal, la preparación de la comida o la limpieza del hogar. Para ello, todas las trabajadoras tienen una formación acorde, que viene determinada por la ley, y otras más específicas para casos concretos como las personas con alzhéimer o menores de edad.

Además, organizan actividades culturales para sus usuarios y familias, como charlas informativas o salidas para acudir a espectáculos de la zona, aunque "lo que más ilusión les hace es ayudar a conformar las alfombras de flores que cubren las calles de Tapia el día del Carmen. Se pasan todo el año trabajando para ello", concluye Pola.