La principal ONG que presta asilo a los refugiados en Asturias se ha quedado sin camas. Accem (Asociación Católica Española de Migraciones) tiene en estos momentos todas sus plazas cubiertas, debido a la llegada masiva de desplazados procedentes de países en conflicto. Son un total de 55 personas, la mayoría de ellas de Oriente Próximo. Quince llegaron a la región dentro del programa de reubicaciones que se acordó en septiembre del año pasado para resolver la crisis migratoria del Mediterráneo, y cuarenta, por la vía normalizada. Es decir, quienes solicitan cobijo en España a través de las organizaciones no gubernamentales, en vez del Estado, y no provienen de los campamentos de Grecia e Italia. Esta situación imposibilita a Accem asumir a más refugiados hasta dentro de dos meses.
"Calculamos que a finales de octubre puedan quedar libres unas 32 plazas. Pero de momento estamos llenos", explica el presidente territorial de la ONG, Javier Mahía. Los 55 desplazados que duermen en sus pisos son de Iraq, Siria, Ucrania, Eritrea, Costa de Marfil, Palestina, Sáhara, Egipto y Pakistán. Todos ellos se encuentran en la primera fase del plan de integración, que consiste en prestarles alojamiento durante seis meses, además de facilitar el acceso de los refugiados a los servicios sanitarios y educativos de la comunidad, ofrecer clases de español y dar a conocer la cultura del país. Superado este primer contacto, los desplazados pasan a vivir a una casa propia y a buscar trabajo. Esto pone de manifiesto que en Asturias residen muchos más refugiados de los que se piensa. La región acoge cada año a un centenar de ellos, según estimaciones del Principado.
Aparte de Accem, la otra organización que presta ayuda a los refugiados en nuestra comunidad es Cruz Roja. Ésta dispone de apartamentos con capacidad para unas 23 personas. Algunos de ellos están disponibles para la recepción de más desplazados. Hasta ahora, Cruz Roja sólo ha acogido a 15 de los 30 procedentes de los campamentos de Grecia e Italia. De la otra mitad se ocupa Accem. En total, son nueve menores, nueve mujeres y 21 hombres. Los últimos llegaron de Eritrea el pasado 13 julio. "Los adultos están recibiendo clases intensivas de idioma y los niños participan en actividades de ocio y tiempo libre", comenta Javier Mahía, que aprecia "un avance" en las relaciones sociales de los refugiados.
"Van estableciendo redes y cerrando amistadas. Eso es muy importante para que se adapten a la región. También ir conociendo la ciudad y el barrio en el que viven", dice Mahía. La prioridad de la Administración regional siempre ha sido "ir más allá del alojamiento" e integrar a los refugiados en Asturias.
