A finales de los años 90, Asturias pasó a formar parte del esquema estratégico de los narcos gallegos para introducir droga en España. La presión que estaban sufriendo en Galicia justificaba que buscasen aliados en Asturias para preservar su boyante negocio. Una prueba de aquella alianza es el alijo que la Guardia Civil capturó en Salave (Tapia de Casariego), casi cinco toneladas de cocaína que aún hoy siguen siendo uno de los mayores cargamentos jamás aprehendidos en España.
Los responsables de las fuerzas de seguridad negaron cualquier alianza entre narcos asturianos y gallegos. Sin embargo, casi dos décadas después, las relaciones con los gallegos siguen manteniéndose, y de hace dos años para acá, se fortalecen, incluso con los mismos protagonistas de los 90. A principios del año pasado fue detenido uno de los cerebros de aquel alijo de Salave, el narco arosano Alfredo Cordero, por una trama para introducir once kilos de heroína desde Holanda, con ayuda de un clan turco. El grueso de las detenciones se produjeron en Asturias, donde empezó la investigación.
Son los Países Bajos el principal punto de distribución de heroína en Europa. Allí llega el "jaco" producido en Afganistán y Pakistán, a través de Turquía y los Balcanes, o por barco hasta alcanzar el puerto holandés de Rotterdam o el belga de Amberes. El tráfico de heroína viene experimentando un aumento, tras ponerse de moda entre toxicómanos que no son conscientes de los devastadores efectos que tuvo en los 80 y que tratan de paliar los efectos enervantes de la cocaína. La heroína a Asturias llega principalmente desde Galicia, aunque también se han detectado redes que adquieren la droga en las provincias leonesas, a las que llega desde la vecina Portugal.
La droga de más consumo en España, la cocaína, ha diversificado mucho sus vías de acceso. Se produce sobre todo en Colombia, aunque compiten Bolivia y Perú. Las salidas, por vía aérea o marítima -cada vez se aprovecha más el tráfico de contenedores- se realizan a través de Venezuela, Ecuador, Perú o Brasil, y se explota cada vez más la vía de Centroamérica. En avión, la droga llega camuflada en el equipaje o en el interior del organismo de los "muleros", a los principales aeropuertos españoles. Por mar, suelen ser habituales los transportes en cargueros, que luego trasvasan la "mercancía" a lanchas rápidas, que llevan la droga a Galicia. Por mar, la droga llega también al Golfo de Guinea, y de allí pasa por las rutas del hachís marroquíes o argelinas.
Los narcos afincados en Asturias están dando muestras de cierta creatividad. En noviembre de 2014 cayó un empresario leonés, J. M. R. M., propietario de una de las principales empresas de distribución de carbones por España, que gestiona depósitos de mineral en El Musel y Avilés, al intentar introducir a través del puerto gijonés casi 300 kilos de cocaína mezclada con carbón, en colaboración con un cártel paraguayo. El fiscal le pide diez años de prisión a él y sus compinches, así como 13 millones de multa. Este importante alijo fue descubierto en Galicia, lugar al que fue transportado desde Gijón en camión.
Asturias también se vio involucrada en uno de los mayores alijos de los últimos años, los 3.000 kilos de coca que traía a España el barco búlgaro "Sv. Nikolay", localizado en agosto de 2012 cerca de la costa de Cádiz. Fue detenido como uno de los organizadores de aquel alijo el empresario colombiano afincado en Oviedo Diego Vélez Garzón, al que se acusaba de ser uno de los "cerebros". Sin embargo, la Audiencia Nacional ha establecido que no hay pruebas suficientes contra él y le acaba de absolver. En la operación había conocidos narcos gallegos.
También de Galicia procedían los siete kilos de cocaína aprehendidos en Carraspientes (Mieres) el pasado mes de octubre.
