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Los barones del PSOE hacen bandera de la necesidad de evitar otras elecciones

Los socialistas asturianos advierten a Sánchez de que el candidato en unos terceros comicios podría cambiar ante el riesgo de caer en la "irrelevancia"

Fernando Lastra. JULIÁN RUS

"Replantear las cosas". Javier Lambán, presidente de Aragón, acuñó el eufemismo la semana pasada pensando en un fracaso de la primera tentativa de investidura de Mariano Rajoy. Abstención es palabra proscrita en el PSOE, pero cada uno a su modo muchos dentro del partido han encontrado la mejor manera de colar el mensaje de que la prioridad de los socialistas ha de ser evitar esas terceras elecciones que Lambán "no sabría explicar a un ciudadano sin que se me cayese la cara de vergüenza", dijo a la Cadena Ser. Pedro Sánchez escucha eso con esas u otras palabras desde Aragón, La Mancha, Extremadura y distintos flancos de sus baronías territoriales, y luego calla. Incluso el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, se atrevió a decir "mínima abstención a última hora" sin que nadie, eso sí, haya cuestionado expresa y públicamente la consigna del máximo órgano entre congresos de decirle "no" a Rajoy.

Entre las voces de líderes regionales que reclaman un nuevo comité federal que a lo mejor, quién sabe, "replantee las cosas" después de las elecciones vascas y gallegas del 25 de septiembre y los silencios de la dirección del partido, el portavoz del PSOE en la Junta General del Principado ha entrado en el debate sin que en su discurso se encuentre la palabra maldita, pero sí la convicción de que "los votos en contra son lo que la expresión indica, y a falta de alternativa, se convierten en un voto de bloqueo, de veto, de propuesta implícita de nuevas elecciones". Fernando Lastra escribió en un artículo publicado el domingo en LA NUEVA ESPAÑA esto y también que "la política casi siempre lleva a tener que elegir no entre una opción buena y otra mala (sería fácil), sino entre lo malo y lo peor o lo menos bueno y lo malo".

Por si había alguna duda sobre qué es lo malo y qué lo peor en esta historia, Lastra había advertido en un pasaje anterior de su texto contra el peligro de "irrelevancia" que correría el PSOE en unas terceras elecciones y, parafraseando al presidente del Principado y secretario general de los socialistas asturianos, Javier Fernández, había dejado dicho que "sólo hay una cosa peor que un gobierno de Rajoy, y es un gobierno de Rajoy con mayoría absoluta". Va Lastra en la dirección que Fernández marcó ante el comité federal, allí donde dijo que "si hay nuevas elecciones, estaremos empedrando el camino hacia una mayoría absoluta del PP".

El mensaje con el que termina el diputado también avisa a navegantes de que puestos ante un nuevo escenario electoral "no podremos evitar que se proponga que los candidatos sean otros".

Así las cosas, en la barra de equilibrios por la que caminará de aquí a las sesiones de investidura, el PSOE habrá de conseguir que sea compatible el mandato del "no" a Rajoy con el otro "no" a las terceras elecciones y, por si faltara algo, con la negativa a la búsqueda de un Gobierno alternativo al del PP, ese "imposible medieval" que Javier Fernández subrayó con vehemencia ante el comité federal del 9 de julio.

La difícil fórmula de la compatibilidad entre tres "noes", esa "postura imposible" que Podemos resaltó en un tuit de ayer, exige saber cuál de los tres conviene poner por delante, llegado el caso. El secretario general, Pedro Sánchez, ha mantenido el silencio cada vez que alzaba la voz alguno de los partidarios de "replantear las cosas". La idea de éstos sería, según algunas fuentes, esperar a ver qué efecto tienen los resultados de las elecciones vascas y gallegas sobre el liderazgo de Sánchez y tomar decisiones a continuación. Del lado del líder se mantienen los partidarios de su frase más repetida, del "no es no" exento hasta ahora de matices. Es eso lo que sostienen Francina Armengol en Baleares, Luis Tudanca en Castilla y León o Idoia Mendia en el País Vasco, entre otros.

La diputada asturiana Adriana Lastra aseguró ayer, mientras tanto, que la posición del partido ante Rajoy "va a seguir siendo no antes y después del 30 de agosto", que no le constan movimientos dirigidos al cambio de postura y que no existen fisuras en el comité federal.

Más información en pág. 32

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