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El consumo de la bebida más asturiana

La venta de sidra con denominación no toca techo y crece otro 8% en lo que va de año

Los 23 llagares acogidos a la marca comercializaron 1,7 millones de botellas en 2015, el 95% de ellas de escanciar

La venta de sidra con denominación no toca techo y crece otro 8% en lo que va de año

La sidra natural acogida a la Denominación de Origen Protegida (DOP), que batió todos los récords de elaboración y consumo el pasado año, ha conseguido acentuar ese crecimiento en lo que llevamos de 2016 con un 8% más de ventas, incremento que dobla al registrado entre 2014 y 2015. Según los datos oficiales del consejo regulador correspondientes al pasado ejercicio, los 23 llagares acogidos a la marca comercializan en total 1,7 millones de botellas, de las que casi el 95% corresponden a la variedad de escanciar. Y es que las de mesa y espumosa -sobre todo la primera, que apenas supone 1% de las ventas totales- son las asignaturas pendientes de una figura de protección que garantiza la elaboración de la sidra a base de manzana asturiana de las 22 variedades seleccionadas.

"Los datos de este año confirman que seguimos creciendo", subraya David Ruiz, gerente del consejo regulador de la DOP, quien no descarta, incluso, superar ese 8% de incremento en las ventas registrado en los primeros siete meses del año gracias a la nueva campaña de promoción del producto, protagonizado por el showman ovetense Rodrigo Cuevas bajo el eslogan "Auténtico". La marca de calidad turística para sidrerías que impulsa el Gobierno regional, y por la que ya se han interesado medio centenar de locales, puede suponer otro importante empujón para la denominación. Y es que uno de los requisitos imprescindibles para hacerse con este sello autonómico -que será el equivalente a Mesas de Asturias o a Casonas Asturianas- pasa por ofrecer a los clientes al menos una sidra controlada por la DOP.

La denominación de origen "Sidra de Asturias" se puso en marcha en 2004, tras un tortuoso proceso, con unas ventas anuales de 368.000 botellas. Desde entonces, el crecimiento ha sido imparable, sobre todo entre 2007 y 2010, cuando se dobló el número de envases comercializados para llegar a los 1,3 millones. El otro gran salto tuvo lugar de 2013 a 2014, con un incremento del 21%. En litros, la elaboración del pasado año fue de 2,8 millones, lo que también supuso un récord absoluto para la marca.

Los 23 llagares de la denominación utilizan para elaborar su sidra las manzanas de los 272 cosecheros inscritos en el consejo regulador, que, en conjunto, suman 522 pomaradas. Aunque cada vez menos, la producción sigue marcada por la vecería o alternancia bianual de cosechas. El año pasado, uno de los buenos, se recolectaron 3,7 millones de kilos de las 22 variedades que selecciona el consejo atendiendo a su calidad y a unas características que determinan su división en ocho bloques tecnológicos: dulce (Verdialona y Ernestina), dulce-amargo (Coloradona), amargo (Clara), semiácida (Carrio, Solarina, De la Riega, Collaos, Perico, Prieta y Perezosa), semiácida-amargo (Panquerina), amargo-semiácida (Meana), ácido (Durona de Tresali, Blanquina, Limón Montés, Teórica, Sanrroqueña, Raxao, Xuanina y Fuentes) y ácido-amargo (Regona). Lograr la mejor combinación de frutos es una de las grandes claves para obtener una sidra de alta calidad.

Aunque va en claro aumento, el producto con denominación sigue suponiendo una pequeña parte de los alrededor de 40 millones de litros de sidra que se elaboran anualmente en los llagares asturianos. Además, no hay que confundir la que ampara el consejo de la DOP con la "de selección" o "pata negra". Esta última no tiene denominación, aunque sí que pasa unos estrictos procedimientos de control, y es elaborada por Trabanco, Muñiz, Peñón y Foncueva, con una producción que ronda los 1,3 millones de litros al año. Una de sus principales características es que respeta la tradición de sacar primero al mercado la sidra "sobre la madre", que todavía está sin trasegar y que resulta considerablemente más tierna y suave que la que sale más tarde del llagar.

El gran "pinchazo" de la denominación de origen es la sidra natural filtrada, conocida como de mesa. La elaboración anual no llega a las 10.000 botellas, pese que las siete marcas en el mercado pertenecen a reconocidos elaboradores de la región. Siete de cada diez botellas se venden en Asturias.

De sidra espumosa se corchan en torno a 800.000 envases anuales, de los que más de la mitad se destinan a los mercados exteriores. Las marcas más conocidas de esta variedad, cuya graduación alcohólica ronda los ocho grados, no cumplen los requisitos exigidos para contar con el marchamo de la denominación de origen, lo que hace que la producción controlada por el consejo regulador apenas llegue al 5% del total.

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