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La Variante, en la vía del abandono

El trazado de Pajares, que PP y Ciudadanos han pactado reactivar, presenta un estado de absoluta dejadez en Asturias tras meses de paralización de las obras

El acceso a uno de los túneles intermedios del trazado entre la Cordillera y Campomanes. FERNANDO GEIJO

La práctica paralización de las obras desde hace varios meses está pasando factura a la variante ferroviaria de Pajares. Y no solo por los mastodónticos retrasos acumulados, sino por una situación de abandono total que amenaza con deteriorar gravemente lo que ya está hecho. Una visita a los tajos permite comprobar que la dejadez y la desatención son una constante en todo el trazado que va de Pola de Lena a Campomanes y desde Campomanes a la embocadura asturiana del túnel principal del tendido, situado en las inmediaciones de Los Pontones y que sigue cerrado con una verja y sin rastro alguno de actividad. El acuerdo suscrito entre PP y Ciudadanos, como paso previo a una posible investidura de Mariano Rajoy, incluye el compromiso de activar los trabajos para que el trazado, con un presupuesto total de 3.500 millones, pueda abrir al tráfico el año que viene.

Se trata de un objetivo de difícil cumplimiento a la vista del estado de la actuación, que solo presenta cierto movimiento en la ladera inestable de Campomanes. "Pero con dinero todo se soluciona", advierte un profesional asturiano que ha trabajado en las principales obras de infraestructuras acometidas en la región. Además de sujetar ese talud, algo que está previsto culminar este otoño, lo más perentorio es solventar el problema con la empresa encargada de instalar las vías en la vertiente asturiana, que, como avanzó LA NUEVA ESPAÑA, ha renunciado a la actuación al no conseguir más dinero del Adif. Además, está pendiente el proyecto de ventilación del gran túnel, que se esta rehaciendo por los fallos detectados en el plan inicialmente previsto, y recuperar otros contratos ya menores que se han ido suspendiendo a causa de los retrasos acumulados.

Lo cierto es que la situación actual de la mayor parte del trazado en superficie de la Variante es desolador. Hay túneles con los accesos cubiertos de barro y con charcos generados por la lluvia y por los orines del ganado. Hay puntos "adornados" con defecaciones de caballos y otros que parecen a punto de desaparecer bajo el matorral. La situación no mejora demasiado en la zona de emboquille del gran paso subterráneo. Allí sigue, completamente abandonada, la caseta que hizo las veces de punto de recogida de identificaciones para acceder al tajo y no demasiado lejos, al aire libre también, hay un depósito de traviesas con un cierre herrumbroso que acrecienta la sensación de dejadez del conjunto. La actividad en el interior del gran túnel es nula desde que en mayo concluyeron las obras de instalación de las vías en la vertiente leonesa.

La Variante es un gigante paralizado. Despertarle del letargo requiere voluntad política y dinero.

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