La soprano italiana Fiorenza Cedolins (Vito d´Asio, 1966) ha ejercido estos días docencia operística en Asturias. En concreto en Gijón, donde impartió clases de canto y de perfeccionamiento de las voces de los artistas que representarán en el teatro Jovellanos este fin de semana la ópera "Un ballo in maschera", de Verdi, el sábado a las 20.30 horas y el domingo a las 19 horas, dentro de las iniciativas del IOS (Internacional Opera Studio).
-¿Cómo se han desarrollado las clases que ha impartido?
-Es una iniciativa que supone una gran inversión de recursos y energía por un proyecto que mira al futuro con la idea de crear una buena estructura. Se ha trabajado con mucha intensidad. Ahora trabajamos con otros jóvenes que vienen de todo el mundo. Debemos invertir por el futuro, porque si no será un gran arte que se va a perder porque hay muchas contaminaciones.
-¿Hay falta de relevo generacional?
-En algunos países sí. En España, tengo la suerte de vivir temporadas en Cataluña, y se nota que hay muchos jóvenes, pero los alumnos, los muchachos, van bajando el nivel. En Italia todavía más, porque el interés está focalizado en el pop, y el género clásico se está olvidando. En los eslavos no lo he notado, en cambio sube la calidad en países asiáticos pues chinos y coreanos, los hombres, tienen voces fuertes. Hay países, como Kazajistán y Emiratos Árabes Unidos, donde el interés por la ópera está subiendo al ser un espectáculo con encanto porque les supone una novedad.
-¿Y para Occidente ya no es novedad?
-Estamos continuamente buscando novedades, una cosa que se quema en un día, una semana o año. La moda. Esto es un actitud materialista que se aprovecha de la cultura sin ser arte porque no trabaja en profundidad ni deja contenidos a las personas.
-¿Cuál es el presente de la ópera?
-En el teatro culto no estamos focalizados en la inversión en nuevos papeles, estamos adormilados. Hacemos una "Traviata" que venderá seguro, para que el público no esté siempre y siempre viendo el mismo trabajo, pero al final se hacen locuras. Ahora las nuevas ideas son hacer cosas feísimas sobre un papel tradicional, y esto para mí no es un desarrollo verdadero, es una vía de decadencia. La inversión importante debe ser sobre nuevos trabajos aun a sabiendas de que es un riesgo alto pero necesario para darle una nueva vida a la ópera. Nadie corre ese riesgo.
-Ha dado clases al elenco de artistas que interpretará este fin de semana "Un ballo in maschera". ¿Qué puede adelantar?
-El nivel es muy bueno, ya tener las notas para cantar esta ópera demuestra buen nivel, aunque siempre se puede subir en preparación, pero se ve que tienen ganas de superarse y han trabajado muchísimo. Sobre "Un ballo in maschera", es uno de los papeles más difíciles, todo Verdi es muy difícil. Es una ópera diferente al estilo verdiano clásico; hay mucha contaminación con el lado francés, por lo que tiene una parte cómica grotesca más desarrollada que en otros papeles de Verdi. Es grotesco y mágico con un gran contraste con el lado trágico. Lo que interesa es que las personas en escena, a pesar de la dificultad técnica, física y musical, deben salir pareciendo verdaderos, los personajes no deben ser fingidos, al público le debe llegar una historia de verdad. Una tragedia de conflictos entre personas humanas donde el lado malo del poder juega un rol importante.
-Ahora, con tantas tragedias que contar, ¿no hay material para nuevas óperas?
-Tragedias ha habido siempre.
-¿La ópera no es un espectáculo elitista?
-Los teatros tienen precios para todos los bolsillos. Son muchas personas actuando, personas con familia que también comen. No se puede hacer un espectáculo de calidad con gente amateur. La ópera es como unos Juegos Olímpicos, una suma del teatro y la música con un contenido técnico muy desarrollado. Y a una competición olímpica no van aficionados. Son profesionales que trabajan todo el tiempo y deben comer y tienen valor. Lo excelente hay que pagarlo.
Perfil
Orígenes. Nació en la localidad italiana de Vito d´Asio en 1966.
Debut. Su debut operístico como protagonista, en el papel de Santuzza, llegó en 1993 en el teatro Carlo Felice de Génova con la ópera "Cavalleria rusticana", de Pietro Mascagni.
Registro. Es una soprano lírica especialista en Giuseppe Verdi -ha dado voz a personajes como Leonora, de "El trovador", y Aida- y Giacomo Puccini -ha asumido el protagonismo varias veces en la interpretación de obras como "Madama Butterfly".
Influencias. Con 19 años escuchó a Montserrat Caballé y dijo: "Eso lo quiero hacer yo".
